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Hipertiroidismo en animales

PorJohanna Heseltine, DVM, MS, DACVIM, Texas A&M University;
Janice E. Kritchevsky, VMD, DACVIM-LAIM, Department of Veterinary Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, Purdue University
Revisado/Modificado Modificado may 2024
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El hipertiroidismo es una afección provocada por un exceso de hormona tiroidea. El diagnóstico se basa en los signos clínicos, que incluyen hiperactividad, pérdida de peso a pesar de tener buen apetito y concentraciones de hormona tiroidea séricas elevadas. Las opciones de tratamiento incluyen terapia de yodo radioactivo, fármacos antitiroideos, tiroidectomía y una dieta baja en yodo.

Etiología del hipertiroidismo en animales

El hipertiroidismo clínico en perros y gatos se produce por una secreción excesiva de las hormonas tiroideas tiroxina (T4) y triyodotironina (T3).

El adenoma tiroideo funcional o hiperplasia adenomatosa es la causa más frecuente de hipertiroidismo felino; en aproximadamente el 70 % de los casos, ambos lóbulos tiroideos están afectados. El carcinoma tiroideo, la principal causa de hipertiroidismo en los perros, es poco frecuente en los gatos, que representan <3 % de los casos.

El hipertiroidismo yatrógeno puede ocurrir debido a una administración de levotiroxina excesiva para controlar el hipotiroidismo canino, y el hipertiroidismo relacionado con la dieta puede darse en perros que consumen dietas crudas que contienen exceso de tejido de glándula tiroidea.

Hallazgos clínicos del hipertiroidismo en animales

El hipertiroidismo es más frecuente en los gatos mayores de 7 años. Los signos más comunes de hipertiroidismo en animales incluyen:

  • hiperactividad

  • vocalización excesiva

  • pérdida de peso a pesar de tener buen apetito

  • apetito voraz

  • vómitos,

  • heces voluminosas

  • poliuria, polidipsia

Rara vez, los gatos con hipertiroidismo muestran signos de apatía (p. ej., anorexia, letargo y depresión); la pérdida de peso sigue siendo un signo común en estos gatos.

En ocasiones se puede palpar un nódulo tiroideo, sin embargo, a veces la glándula tiroidea también se puede palpar en gatos eutiroideos (ver imagen de nódulo tiroideo). Puede presentarse taquicardia o taquipnea. El pelaje puede estar seco o graso.

Diagnóstico del hipertiroidismo en animales

  • Signos clínicos.

  • Examen sérico de hormonas tiroideas

La elevada concentración sérica total de la hormona tiroidea T4 es el signo patognomónico de hipertiroidismo y confirma su diagnóstico.La concentración sérica de T4 total es elevada en la mayoría de los gatos con hipertiroidismo, aunque aproximadamente el 5-10 % de los gatos afectados tienen valores normales de T4 y se deben realizar más pruebas.

En gatos con hipertiroidismo, el hemograma completo suele ser normal, aunque puede presentarse macrocitocis o microcitosis. Son frecuentes los aumentos en la actividad de la ALT y la fosfatasa alcalina. Los marcadores de la función renal deben analizarse ya que pueden afectar a las decisiones sobre el tratamiento. Los resultados de los análisis de orina varían. Los gatos con orina concentrada subóptima (densidad de la orina [USG] <1053) son más propensos a desarrollar azoemia tras el tratamiento.

En el caso de los gatos con signos clínicos de hipertiroidismo, una concentración alta de T4 es diagnóstica de hipertiroidismo y se debe iniciar el tratamiento (consulte diagnóstico de hipertiroidismo, gatos). Si el gato presenta signos clínicos de hipertiroidismo y una concentración de T4 en el rango más bajo del intervalo de referencia, se debe investigar si la causa de los síntomas es una enfermedad no tiroidea. Con la edad, la concentración de T4 disminuyen naturalmente, por lo que un gato anciano con signos clínicos de hipertiroidismo y una concentración de T4 en el rango más alto del intervalo de referencia bien podría tener hipertiroidismo.

Perlas y trampas

  • Con la edad, la concentración de T4 disminuyen naturalmente, por lo que un gato anciano con signos clínicos de hipertiroidismo y una concentración de TT en el rango más alto del intervalo de referencia bien podría tener hipertiroidismo.

Además, las enfermedades no tiroideas pueden provocar disminución en la concentración de T4. Si hay sospecha de hipertiroidismo y la T4 está en el umbral alto del rango de referencia, se deben realizar más pruebas. Una concentración de T4 en el rango más alto del intervalo de referencia en conjunto con una fT4 elevada constituyen un diagnóstico de hipertiroidismo y se debe iniciar un tratamiento. Si las concentraciones de T4 y fT4 se hallan dentro del intervalo de referencia, se debe considerar al gato eutiroideo.

Las revisiones de rutina de la concentración de T4 en los gatos maduros es común y resulta en la detección de T4 elevada en algunos gatos que no presentan signos clínicos de hipertiroidismo (consulte el diagrama de flujo de revisiones de tiroides de rutina). En estos casos, la concentración de T4 debe ser revisada a las dos semanas para descartar un falso positivo, y si permanece alta, el tratamiento puede estar justificado debido a la morbilidad asociada al hipertiroidismo no tratado.

Si la concentración de T4 se encuentra en el rango más alto del intervalo de referencia, debe controlarse o se puede medir la fT4 para ayudar a confirmar un diagnóstico de hipertiroidismo (por una concentración de T4 alta-normal junto con una alta de fT4). La concentración de fT4 puede aumentar o disminuir en enfermedades no tiroideas, por lo que esta no debe utilizarse como prueba de diagnóstico y se debe interpretar junto con la T4.

De manera similar, la concentración de TSH no es sensible para el diagnóstico de hipertiroidismo y, si se analiza, se debe interpretar junto con las concentraciones de T4 y fT4.

Si se detecta un nódulo tiroideo palpable sin otros signos clínicos y la concentración de T4 es normal, resulta apropiado volver a comprobar la T4 a los seis meses o si aparecen síntomas.

Las complicaciones por hipertiroidismo incluyen enfermedad cardíaca tirotóxica, hipertensión, retinopatía hipertensiva y resistencia a la insulina. Otras enfermedades concomitantes frecuentes son la enfermedad renal crónica (que puede estar enmascarada por el hipertiroidismo) y la enfermedad GI.

En casos poco frecuentes, se sospecha de hipertiroidismo a pesar de que las concentraciones de T4 y fT4 están en el intervalo de referencia; se necesita una prueba de supresión de T3 o una gammagrafía tiroidea para aclarar el estado de la función tiroidea del paciente.

Tratamiento del hipertiroidismo en animales

  • Tratamiento con yodo radioactivo

  • Medicación antitiroidea crónica

  • Dieta deficiente en yodo de por vida

  • Tiroidectomía

Los gatos con hipertiroidismo pueden tratarse mediante la realización de una terapia con yodo radiactivo, la administración crónica de un fármaco antitiroideo, terapia nutricional de por vida (dieta deficiente en yodo) o con una tiroidectomía.

La terapia con yodo radioactivo está considerada como el tratamiento de elección ya que proporciona un tratamiento simple y eficaz. El yodo radioactivo se concentra dentro del tumor tiroideo, donde irradia y destruye selectivamente el tejido tiroideo hiperfuncional. La terapia con yodo radioactivo debe realizarse en un centro designado y requiere hospitalización. Evita la anestesia y la necesidad de administrar medicación continua. Puede ocasionar hipotiroidismo, pero esperar hasta que la TSH sea indetectable para administrar el yodo radioactivo disminuye este riesgo.

El tratamiento con metimazolcontrola el hipertiroidismo mediante el bloqueo de la síntesis de hormonas tiroideas. La administración de fármacos es para toda la vida si se utiliza como único tratamiento. La dosis diaria inicial recomendada de metimazol es de 1,25-2,5 mg/gato, por vía oral o transdérmica, cada 12 horas. La dosis se ajusta en intervalos de 2 semanas para mantener las concentraciones de T4 en el rango bajo a medio del intervalo de referencia. La concentración de T4 se mide después de cada administración en cualquier momento del día.

El carbimazol es un fármaco antitiroideo similar al metimazol disponible en muchos países europeos, Australia y Japón, y en forma de compuestos en EE. UU. Ejerce sus efectos mediante la conversión inmediata a metimazol tras su administración y, por lo tanto, no debe ser administrado en gatos intolerantes al metimazol.

El propiltiouracilo, otro fármaco antitiroideo, no se recomienda en los gatos debido a la elevada incidencia de efectos adversos graves (especialmente anemia hemolítica y trombocitopenia).

El efecto adverso más común del metimazol es el malestar GI, que se puede mitigar al cambiar a una formulación transdérmica. Menos del 5 % de los gatos tratados presentaron efectos adversos graves, como agranulocitosis, trombocitopenia, hepatopatía o prurito facial intenso. Si esto ocurre, se debe suspender la administración de metimazol e instaurarse un tratamiento de apoyo. Estas reacciones adversas deberían resolverse en dos semanas.

Para alcanzar la dosis terapéutica de metimazol y controlar las reacciones adversas durante los primeros 3 meses de tratamiento (cuando se desarrollan los efectos adversos más graves asociados con el tratamiento con metimazol), se deben repetir los hemogramas completos y las determinaciones de T4 sérica a intervalos de 2 semanas, y ajustar la dosis del fármaco según sea necesario. Posteriormente, debe comprobarse la concentración de T4 sérica a intervalos de 3-6 meses. Es posible que se necesiten cambios en la dosis debido a la hiperplasia progresiva de la glándula tiroidea y para evitar el hipotiroidismo.

El uso de un tratamiento médico diferente al metimazol (como la administración de ácido iopanoico) puede ser necesario si se desarrollan efectos adversos. En su mayor parte, estas terapias médicas alternativas son para uso a corto plazo y solo se recomiendan antes de optar por una opción de tratamiento más permanente.

Se puede recetar una dieta con restricción estricta de yodo para tratar el hipertiroidismo felino. La base es que el yodo es un componente esencial tanto de la T​4 como de la T​3; y sin suficiente yodo, la tiroides no puede producir un exceso de hormonas tiroideas. El uso de esta dieta para el tratamiento del hipertiroidismo felino está principalmente indicado en gatos que no son tributarios de tratamiento con yodo radioactivo o tiroidectomía, y que no pueden ser medicados a diario o no toleran el metimazol.

La mayoría de los gatos hipertiroideos alimentados exclusivamente con esta dieta restringida en yodo se vuelven eutiroideos en 8-12 semanas. Este tratamiento es más eficaz en gatos con incrementos moderados de T4 que en los gatos con hipertiroidismo grave. Los gatos alimentados con esta dieta no deben comer ninguna otra dieta para gatos, comida de mesa, golosinas ni presas, porque incluso pequeñas cantidades de yodo pueden hacer que la dieta sea ineficaz para controlar el hipertiroidismo. El gato debe comer únicamente esta dieta de por vida.

La tiroidectomía quirúrgica también es un tratamiento eficaz para el hipertiroidismo en gatos. Según si la enfermedad afecta una o ambas mitades de la glándula tiroidea, la cirugía puede ser unilateral o bilateral. La tiroidectomía no será un tratamiento eficaz contra el hipertiroidismo si hay tejido tiroideo ectópico funcional. La suplementación con tiroxina no suele ser necesaria tras la hemitiroidectomía. Después de la tiroidectomía bilateral, la función de la tiroides debe controlarse a las 3-4 semanas para determinar si es necesaria la suplementación con levotiroxina.

La tiroidectomía tiene el riesgo asociado de la anestesia. Los gatos con hipertiroidismo deben ser estabilizados antes de la cirugía.

Tras la tiroidectomía bilateral, puede aparecer hipoparatiroidismo yatrógeno y, posteriormente, hipocalciemia, por lo que se debe monitorizar. Si se desarrolla hipoparatiroidismo yatrógeno, está indicado iniciar un tratamiento con calcitriol y calcio. Tras un seguimiento a largo plazo después de la intervención quirúrgica, >40 % de los gatos pueden ser hipertiroideos persistente o recurrentemente, y >15 % son hipotiroideos.

En la medicina humana, se ha utilizado la inyección percutánea de etanol como tratamiento para pequeñas masas que afectan las glándulas tiroidea y paratiroideas. En perros, se ha utilizado como tratamiento para el hiperparatiroidismo primario. Sin embargo, se sabe que en gatos es menos eficaz y seguro que otros métodos de tratamiento, por lo que no se recomienda.

El propranolol y el atenolol son los bloqueadores de los beta-adrenorreceptores más utilizados en gatos hipertiroideos. Estos fármacos no reducen la concentración de T​4 circulante, sino que se usan para controlar la taquicardia.

Para el hipertiroidismo yatrógeno en perros, el tratamiento implica abordar la causa específica (es decir, disminuir la dosis de levotiroxina o evitar las dietas crudas).

Más allá del método de tratamiento que se utiliza para tratar el hipertiroidismo felino, establecer un estado eutiroideo puede desenmascarar la enfermedad renal, incluso en pacientes con un parámetro de marcador renal y concentración de dimetilargina simétrica normales antes del tratamiento. Se deben controlar los parámetros renales, la USG y la presión arterial.

El tratamiento de la neoplasia tiroidea y el hipertiroidismo en perros está dictado por el tamaño del tumor primario, la extensión de la invasión tisular local, la presencia de metástasis detectable y las opciones de tratamiento disponibles. La cirugía, la quimioterapia, la irradiación con cobalto y el tratamiento con yodo radioactivo, solos o en combinación, pueden estar indicados. El estado de hipertiroidismo puede controlarse médicamente mediante la administración diaria de un fármaco antitiroideo como el metimazol o el carbimazol, pero este tratamiento no evitará el crecimiento tumoral ni la metástasis.

En los perros, si el causante del hipertiroidismo es un tumor tiroideo, siempre debe asumirse que se trata de un carcinoma hasta que se demuestre lo contrario. Esto contrasta con el caso de los gatos hipertiroideos, en los que el carcinoma tiroideo está presente en <3 %. Dado que el hipertiroidismo canino casi siempre está asociado con el carcinoma de tiroides, el pronóstico a largo plazo en estos perros es de malo a grave.

Perlas y trampas

  • En los perros, si el causante del hipertiroidismo es un tumor tiroideo, siempre debe asumirse que se trata de un carcinoma hasta que se demuestre lo contrario.

Conceptos clave

  • El hipertiroidismo es un trastorno endocrino común de los gatos mayores y es el resultado de un exceso en la producción de hormonas tiroideas. Es poco frecuente en otras especies.

  • El hipertiroidismo provoca un aumento en la tasa metabólica. Los signos clínicos del trastorno incluyen hiperactividad, vocalización excesiva y pérdida de peso a pesar del tener un apetito normal o elevado.

  • El diagnóstico puede confirmarse según la concentración de T​4. Si la concentración de T4 se encuentra en los valores más altos del rango de referencia, una fT4 alta concomitante puede confirmar el diagnóstico.

  • Las opciones de tratamiento incluyen la terapia con yodo radioactivo, los medicamentos antitiroideos, el tratamiento nutricional con una dieta baja en yodo o la tiroidectomía. Cada opción tiene ventajas y desventajas.

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