La disautonomía canina es una polineuropatía degenerativa caracterizada por una degeneración neuronal en el sistema nervioso autónomo, somático, central, periférico o entérico, que causa efectos multisistémicos similares, si no idénticos, a la disautonomía en caballos, gatos, conejos y liebres.
La disautonomía canina se describió por primera vez en Inglaterra en 1983, pero ahora es poco común. Aunque se han documentado casos individuales en una serie de países europeos, la disautonomía canina se ha descrito más comúnmente en los EE. UU., con más casos principalmente en el medio oeste, incluido Missouri, Kansas y las áreas circundantes.
Hallazgos clínicos de la disautonomía canina
La disautonomía canina por lo general afecta a los perros más jóvenes, y los perros de ambientes rurales están sobrerrepresentados.
Los signos clínicos documentados más comúnmente y los hallazgos generales de la exploración física asociados con la disautonomía caninas incluyen los siguientes:
vómitos,
diarrea,
depresión
inapetencia
disminución o ausencia de tono anal
disuria
Los hallazgos neurológicos frecuentes son ausencia de reflejos pupilares a la luz con visión intacta, midriasis, disminución de la sensibilidad corneal, y protrusión de la membrana nictitante (ver imagen de disautonomía canina).
Cortesía del Dr. Caroline Hahn.
Pueden aparecer efectos secundarios de la disfunción autonómica, como neumonía por aspiración y letargo. La pérdida de peso suele ser muy drástica.
Lesiones
La cromatólisis neuronal se encuentra típicamente en los ganglios autónomos, núcleos del tronco encefálico y astas ventrales de la médula espinal.
Diagnóstico de la disautonomía canina
Signos clínicos físicos de la disfunción del sistema nervioso autónomo
Pruebas farmacológicas
No existe un acuerdo definitivo sobre los criterios para el diagnóstico de la disautonomía canina, y los hallazgos de laboratorio no son específicos; sin embargo, el diagnóstico ante mortem en general se realiza a través de la documentación de los signos clínicos físicos de la disfunción del sistema nervioso autónomo y de las pruebas farmacológicas.
Los hallazgos radiográficos de neumonía por aspiración, megaesófago, íleo funcional del tracto GI y distención de la vejiga urinaria, o los hallazgos de disminución en la contractilidad cardíaca en el ecocardiograma, se encuentran con frecuencia en casos de disautonomía canina.
El examen farmacológico pupilar es probablemente la mejor prueba individual para confirmar el diagnóstico de disautonomía canina. La contracción pupilar en los 60 minutos siguientes a la aplicación de pilocarpina diluida (solución oftálmica al 0,05 %-0,1 %) es de apoyo. La prueba lagrimal de Schirmer puede demostrar la pérdida parcial o completa de la producción bilateral de lágrimas (<5 mm/min, intervalo de referencia 15-20 mm/min).
Tratamiento y pronóstico de la disautonomía canina
No hay un tratamiento eficaz para la disautonomía canina. Los cuidados de apoyo pueden incluir la fluidoterapia IV, la expresión regular de la vejiga, la aplicación de lágrimas artificiales, y la administración de metoclopramida, ranitidina, y omeprazol.
Conceptos clave
La disautonomía canina es una enfermedad esporádica, progresiva y de etiología desconocida que causa la degeneración progresiva del sistema nervioso autónomo y tiene un pronóstico grave.
Para más información
Hull NC, O'Toole DO, Miller MM, et al. Canine dysautonomia in a litter of Havanese puppies. J Vet Diagn Invest. 2015;27(5):627-631. doi:10.1177/1040638715595838
Consulte también la información para propietarios sobre disautonomía en perros.