En los caballos, la malformación oral congénita más comúnmente diagnosticada es la "boca de loro", en la que el maxilar es relativamente más largo que la mandíbula (braquignatismo). La anomalía opuesta, el prognatismo, es frecuente en caballos miniatura. Dependiendo de su gravedad, estas afecciones pueden causar anomalías en el contacto y desgaste de los incisivos y de los dientes de la mejilla, y estos animales pueden requerir flotaciones dentales más frecuentes que los caballos con una conformación bucal normal.
Una anomalía congénita exclusiva de caballos es el "diente en la oreja". En el desarrollo embrionario temprano, el primer arco branquial se extiende como una barra cartilaginosa hialina sólida, rodeada por una cápsula fibrocelular, desde la región temporal hasta la línea media de las apófisis mandibulares fusionadas. Si el primer arco branquial no se cierra correctamente en el feto equino, el germen dentario puede desplazarse y dar lugar a la formación de un quiste dentígero en la región temporal y un tracto de drenaje del pabellón auricular rostral.
En équidos, muchas anomalías del desarrollo dental pueden ser el resultado de exposición a toxinas teratógenas. Sin embargo, siempre deben considerarse los factores genéticos.
A veces, se observan dientes supernumerarios (poliodoncia). En caballos, también puede haber hileras dobles de incisivos o muelas adicionales. La ausencia de algunos dientes (oligodoncia) en una arcada dental es menos común y puede deberse a un defecto del desarrollo o ser secundaria a un traumatismo o una extracción dental previa. El tratamiento se determina caso por caso y puede requerir la extracción o la reducción frecuente de la corona de los dientes sin sus correspondientes opuestos.
Consulte también Anomalías congénitas y hereditarias de los dientes