Las falsas ponedoras parecen normales y ovulan con regularidad, pero no producen huevos. Generalmente, presentan un estado de salud óptimo, con características sexuales secundarias bien desarrolladas y un ovario activo, pero con un oviducto no funcional.
Se encuentran en el pico de producción de huevos.
Cortesía del Dr. Rodrigo Espinosa.
La yema cae en la cavidad abdominal en lugar de pasar al oviducto, y una vez en la cavidad abdominal, se absorbe.
El oviducto puede dejar de funcionar tras infecciones por Escherichia coli o Mycoplasma gallisepticum, lo que provoca inflamación y obstrucción del conducto. Además, una infección temprana (entre 1 y 2 semanas de vida) por una variante del virus de la bronquitis infecciosa (IBV) puede causar hipoplasia del ovario y oviducto.
Notificado inicialmente en Asia (1996-1998), donde se designó como QX, y en Europa en 2004, donde se clasificó como D388 (genéticamente similar a QX), la variante IBV se ha propagado de manera significativa y también se ha detectado en Norteamérica y Latinoamérica.
El momento de la infección por el IBV es un factor clave para determinar si se desarrollará un oviducto quístico (ver fotografía de oviducto quístico). Las aves susceptibles infectadas antes de los 7 días de vida presentan una mayor incidencia de oviducto quístico (1).
Referencia
Mueller Slay A, Franca M, Jackwood M, Jordan B. Infection with IBV DMV/1639 at a young age leads to increased incidence of cystic oviduct formation associated with false layer syndrome. Viruses. 2022;14(5):852. doi:10.3390/v14050852