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Campilobacteriosis en aves

PorQijing Zhang, PhD, Department of Veterinary Microbiology & Preventive Medicine, College of Veterinary Medicine, Iowa State University
Revisado/Modificado sept 2023

La infección del tracto intestinal por Campylobacter jejuni y otras Campylobacter spp es frecuente en aves de producción y acuáticas, pero no suele estar asociada con signos clínicos de enfermedad. Las excepciones son C hepaticus y C bilis, que se ha descrito que causan enfermedad hepática irregular en las gallinas ponedoras y disminuyen la producción de huevos. El aislamiento bacteriano sigue siendo el método estándar de detección, pero la prueba de PCR se usa cada vez más para el diagnóstico. No se necesita tratamiento para la mayoría de las infecciones aviares por Campylobacter, pero los brotes por C hepaticus pueden tratarse con antimicrobianos. Algunas especies de Campylobacter que afectan a las aves de producción, particularmente C jejuni, son una fuente común de infecciones en humanos.

La campilobacteriosis no suele causar signos clínicos en aves de producción y otras aves. Sin embargo, Campylobacter hepaticus y C bilis causan enfermedad hepática irregular en las gallinas ponedoras y se asocian a una disminución de la producción de huevos.

La campilobacteriosis es una enterocolitis notable en humanos. La campilobacteriosis se contrae con frecuencia a través del consumo de carne de ave poco cocinada contaminada con Campylobacter jejuni. También se puede adquirir por la manipulación de aves de traspatio, animales de compañía con diarrea y agua contaminada.

Etiología de la campilobacteriosis en aves

Las bacterias del género Campylobacter son bacilos gramnegativos móviles, curvos, microaerofílicos. Campylobacter coloniza el intestino de los pollos, los pavos y las aves acuáticas, pero no suele ser patógeno en aves.

C jejuni es la especie predominante asociada con la infección alimentaria derivada de las aves de producción; sin embargo, C coli y C lari también se han visto implicadas en algunos casos y también se pueden recuperar del tracto intestinal de las aves.

Algunas cepas de C jejuni se han descrito como causantes de casos de enteritis y muerte en polluelos y pavipollos recién nacidos, pero administrando aislados de C jejuni a los pollos no se ha reproducido el síndrome. Sin embargo, las nuevas especies de Campylobacter, C hepaticus y C bilis se han identificado como la causa de la necrosis hepática focal en gallinas ponedoras.

C hepaticus también está asociada con la necrosis hepática focal en pollos reproductores y se ha identificado como el agente etiológico de la enfermedad anteriormente conocida como hepatitis aviar vibriónica.

Epidemiología de la campilobacteriosis en aves

Las columbiformes y las aves galliformes y anseriformes tanto domésticas como silvestres son reservorios naturales de especies de Campylobacter patógenas para los humanos (C jejuni, C coli y C lari) y de otras Campylobacter spp mal definidas.

Muchos lotes comerciales de pollos de engorde y pavos albergan C jejuni, aunque la prevalencia puede variar del 0 % al 100 % según la estación del año (más baja en otoño e invierno y más alta en verano) y la edad de las aves. C jejuni se ha encontrado en todas las áreas de la producción avícola comercial.

Aunque las aves jóvenes pueden infectarse experimentalmente por Campylobacter, el microorganismo no se suele detectar en explotaciones comerciales hasta que las aves tienen 3 semanas de edad.

La contaminación ambiental con heces de aves es probablemente la fuente más común de infección para la diseminación tanto de C jejuni como de C hepaticus; sin embargo, algunas especies de Campylobacter se pueden transmitir verticalmente, tanto en la superficie de los huevos como por transmisión transovárica.

Los insectos, los fómites y el agua y los alimentos contaminados pueden transmitir Campylobacter a las aves jóvenes. El sustrato comercial para aves de producción puede ser infectivo durante largos periodos, con una humedad mínima del 10 % y un pH neutro. En muchos casos clínicos de enfermedad hepática irregular, las aves tenían antecedentes de acceso a charcos de barro; el agua no clorada derivada de una presa, río o pozo poco profundo debe considerarse como una posible fuente.

Las ratas, los ratones, los pájaros silvestres, los escarabajos oscuros y las moscas domésticas pueden ser fuentes de transmisión para los lotes; el equipamiento y el calzado contaminado con heces de fuentes infectadas también puede servir como vehículo de transmisión. Los polluelos jóvenes y los pavipollos se colonizan fácilmente cuando se exponen a C jejuni y pueden excretar el microorganismo en las heces durante toda su vida.

Una vez que C jejuni se ha introducido en el ambiente, se transmite rápidamente dentro del grupo, y coloniza posteriormente una proporción elevada de aves de cría, de carne o de ponedoras expuestas.

Se ha aislado C jejuni del aparato reproductor de gallinas y gallos, lo que sugiere una transmisión vertical en algunos casos. Por lo tanto, la bioseguridad puede no ser adecuada para controlar la transmisión de Campylobacter hasta que se haya erradicado de los grupos de padres.

Hallazgos clínicos de la campilobacteriosis en aves

Los signos clínicos clave, además de la hepatitis necrótica multifocal, incluyen pérdidas en la producción de huevos y aumento de la tasa de mortalidad del lote.

Las aves afectadas por C jejuni no suelen mostrar signos clínicos de enfermedad. Muchas aves están colonizadas con Campylobacter spp en las primeras etapas de su vida sin signos clínicos o lesiones.

Lesiones

Los pollos afectados pueden presentar distensión del yeyuno, enteritis hemorrágica diseminada y, en algunos casos, necrosis hepática focal. Sin embargo, los grupos infectados rara vez presentan estas lesiones, aumento de las tasas de mortalidad o disminución de la conversión alimentaria.

Las aves afectadas por C hepaticus muestran necrosis hepática focal en diversos niveles de gravedad. Los lotes de ponedoras infectadas presentan hígados irregulares, tasas de mortalidad aumentadas que se acercan al 15 % y una disminución de la producción de huevos. La muerte puede producirse rápidamente, lo que sugiere la implicación de una septicemia y toxemia agudas.

Diagnóstico de la campilobacteriosis en aves

  • Signos clínicos (por C hepaticus).

  • Cultivo bacteriano o prueba de PCR.

El diagnóstico de la campilobacteriosis en aves se basa en los signos clínicos y la detección del patógeno. El diagnóstico de la necrosis hepática focal se realiza por los signos clínicos y el cultivo de C hepaticus de lesiones hepáticas.

No hay pruebas serológicas fiables para Campylobacter en especies aviares.

La detección de aves colonizadas se puede realizar mediante el cultivo bacteriológico de muestras fecales. Sin embargo, el cultivo del microorganismo es difícil porque es sensible a varios de los antimicrobianos usados en los habituales medios de enriquecimiento y agar selectivo de Campylobacter.

C jejuni puede cultivarse en muchos medios disponibles comercialmente, pero la estrategia incluye aislamiento directo o un enriquecimiento en caldo seguido de un aislamiento en agar selectivo.

Campylobacter spp termófilas deben cultivarse a 42 °C en condiciones de humedad y microaerofilia (85 % de nitrógeno, 10 % de dióxido de carbono y 5 % de oxígeno) durante 48 horas. Algunas cepas exigen una atmósfera enriquecida en hidrógeno (5 %).

Campylobacter spp se puede identificar mediante pruebas bioquímicas, espectrometría de masas de desorción/ionización láser asistida por matriz (MALDI-TOF) o prueba de PCR.

La prueba de sensibilidad al ácido nalidíxico no es muy fiable debido al aumento de la prevalencia de C jejuni resistente a la fluoroquinolona. Varios métodos de genotipado, como el análisis en gel de campo pulsado y la secuenciación del genoma completo, pueden diferenciar varias cepas de C jejuni.

Las muestras de C hepaticus deben consistir en hisopos de hígado o bilis; el cultivo bacteriológico empleando heces o excrementos cecales no es fiable para el diagnóstico.

El cultivo puede ser complicado porque los caldos comerciales de enriquecimiento y el agar selectivo contienen agentes selectivos que son inhibitorios para muchas cepas de C hepaticus.

Para el cultivo, la bilis se puede sembrar directamente en agar sangre de oveja al 5 % o en agar sangre para Brucella con sangre de caballo al 5 % y se puede incubar en condiciones de microaerofilia a 42 °C. Los hígados pueden enriquecerse en caldo Preston modificado, incubarse a 37 °C en condiciones microaerofílicas hasta 7 días y entonces aislarse en agar sangre para Brucella con un 5 % de sangre de caballo.

El método de filtración selectiva también puede utilizarse para muestras de órganos contaminados: se permite que una muestra diluida en una proporción de 1/10 penetre en un filtro estéril (tamaño del poro, 0,45 mcm) colocado en la superficie de una placa de agar sangre. Tras la absorción del líquido en la placa, el filtro se retira y se incuba en condiciones de microaerofilia. La identificación puede realizarse mediante pruebas bioquímicas, prueba de PCR o MALDI-TOF.

Control y prevención de la campilobacteriosis en aves

  • Bioseguridad e higiene mejoradas.

  • Tratamiento antimicrobiano (para C hepaticus).

  • Sin vacuna efectiva.

Dado que Campylobacter jejuni no se encuentra como patógeno específico en condiciones comerciales, no se considera el tratamiento de los lotes de aves de producción. Si se estima que C jejuni representa un problema en aviarios de aves de compañía o en especies exóticas, se podrían administrar antimicrobianos en el agua de bebida en un intento de erradicarlo.

Debido al riesgo zoonótico asociado con C jejuni y a su capacidad para desarrollar rápidamente resistencia a los antibióticos, los antibióticos han de administrarse con precaución en aves de compañía.

Los brotes irregulares de enfermedad hepática causados por C hepaticus pueden tratarse con antibióticos como la clortetraciclina y la lincomicina; sin embargo, el desarrollo de resistencia y el tiempo de retirada en huevo para las ponedoras son problemas importantes.

Las fluoroquinolonas y las eritromicinas son las clases de antimicrobianos que se usan para tratar a los humanos con campilobacteriosis.

La prevención de la diseminación de la infección por Campylobacter en aves de producción comerciales se basa en una bioseguridad estricta, la descontaminación de las instalaciones entre lotes sucesivos, la exclusión de roedores y aves silvestres y la erradicación de insectos.

La cloración del agua de bebida a 2 mcg/mL y la implantación en las granjas de la práctica estricta de los principios de manejo todo dentro-todo fuera ocasionalmente disminuyen la prevalencia de la infección. Los métodos innovadores de prevención, como la exclusión competitiva, el tratamiento con bacteriófagos, las bacteriocinas y la vacunación están bajo investigación intensiva.

Retirar el alimento a los pollos de engorde y a los pavos durante al menos 12 horas antes del sacrificio y una meticulosa descontaminación de los gallineros y módulos de transporte reducen la contaminación fecal y disminuyen el nivel de C jejuni introducido en las plantas de procesado.

Riesgo zoonótico de campilobacteriosis en aves

C jejuni es una fuente principal de enteritis transmitida por alimentos en humanos; la carne de ave contaminada y poco cocinada es responsable de la mayoría de los casos. La enfermedad se identificó a mediados de la década de 1970, y la importancia de estos microorganismos ha llegado a ser evidente con la mejora de los medios de aislamiento e identificación.

Otras fuentes, como las aguas subterráneas no cloradas, la leche no pasteurizada, las mascotas jóvenes con diarrea y la carne contaminada de ternera y cerdo son también responsables de la infección en humanos.

En el procesado comercial de las aves de producción, la mejora del lavado de las carcasas, el uso de avances mecánicos en el escaldado a contracorriente, la eliminación de la inmersión en frío y la reducción de la manipulación manual gracias a la instalación de equipos automatizados modernos han disminuido la contaminación por C jejuni en la carne de ave.

Los desinfectantes químicos en los lavados, como el cloro, el ácido peracético con peróxido de hidrógeno, el fosfato trisódico, el glutaraldehído y el ácido succínico, y los compuestos orgánicos como los ácidos láctico y acético, también pueden disminuir eficazmente la presencia de C jejuni en canales de aves de producción en la planta de procesado.

Los bacteriófagos y las bacteriocinas también pueden ser útiles. Sin embargo, la normativa con respecto a los desinfectantes biológicos que se pueden usar en las plantas de transformación están actualmente en proceso de cambio.

Las medidas conjuntas en la preparación de alimentos, el almacenaje higiénico, la manipulación y la elaboración son necesarias para prevenir la contaminación de alimentos preparados, superficies de trabajo y utensilios por carne de ave cruda y otras carnes. El riesgo de infecciones por C jejuni de origen alimentario se puede disminuir mediante la cocción de la carne de ave hasta conseguir una temperatura central de 74 °C durante 1 minuto.

Puntos clave

  • Campylobacter es una causa importante de enteritis en humanos que se adquiere con frecuencia a través del consumo de carne de ave poco cocinada y otros alimentos contaminados por C jejuni.

  • Muchas Campylobacter spp colonizan el intestino de las aves de producción y de las aves acuáticas, pero no suelen ser patógenas para las aves.

  • C hepaticus y C bilis son los agentes causales de la necrosis hepática focal en gallinas ponedoras.