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Actinobacilosis

Lengua de madera

PorGeoffrey W. Smith, DVM, PhD, DACVIM-LAIM, Zoetis
Revisado/Modificado ago 2020

La actinobacilosis está causada por varias especies de cocobacilos gramnegativos del género Actinobacillus. Los síntomas clínicos varían, según las bacterias específicas y las especies animales que infectan. El diagnóstico puede confirmarse mediante cultivo, PCR o ELISA de muestras de tejido para identificar las bacterias. Los antibióticos son el tratamiento habitual en cerdos y caballos. El yoduro de sodio se usa en rumiantes, aunque en casos graves o refractarios pueden ser necesarios antibióticos o reducción quirúrgica.

El género Actinobacillus incluye cocobacilos gramnegativos que ocasionalmente causan enfermedad. Aunque hay más de 22 especies bacterianas diferentes en este género, solo cinco (A pleuropneumoniae, A suis, A equuli, A lignieresii y A seminis) se asocian regularmente a enfermedades en animales.

A pleuropneumoniae (anteriormente Haemophilus pleuropneumoniae, H parahaemolyticus) causa pleuroneumonía contagiosa en los cerdos. La enfermedad varia desde una pleuroneumonía fibrinosa aguda y grave hasta una infección subaguda o crónica con pleuritis y abscesos pulmonares. Los inmunocomplejos formados como resultado de la respuesta del hospedador pueden dañar las células endoteliales, lo que da como resultado vasculitis y trombosis con edema, necrosis, infarto y hemorragia. La infección se suele limitar a cerdos <5 meses. A pleuropneumoniae puede formar parte de la microbiota normal en la mucosa de los cerdos, del ganado vacuno y de las ovejas.

A suis forma parte de la microbiota habitual de la cavidad oral de los cerdos. Causa septicemia en cerdos jóvenes, y artritis, neumonía y pericarditis en cerdos adultos. También puede provocar septicemia, artritis, neumonía y nefritis purulenta neonatal y posnatal en potros. La enfermedad se produce a partir de una pérdida de integridad de la mucosa oral o puede estar asociada con estados de inmunosupresión. El microorganismo es característicamente sensible a las sulfamidas y a las cefalosporinas.

El hospedador natural de A equuli es el caballo, y las infecciones se observan tanto en potros como en caballos. La enfermedad en los potros puede manifestarse como diarrea, seguida de meningitis, neumonía, nefritis purulenta o poliartritis séptica (enfermedad del potro somnoliento o enfermedad articular). La infección puede adquirirse a través del cordón umbilical contaminado, o por inhalación o ingestión. La incidencia de infección del potro se reduce con una mayor atención al estado sanitario en el entrono del parto, y los anticuerpos maternos en el calostro son a menudo protectores. La infección por A equuli en caballos adultos puede producir aborto, septicemia, nefritis, peritonitis y endocarditis.

A arthritidis es una especie recientemente descrita, previamente clasificada como taxón de Bisgaard 9, que se ha aislado de caballos con artritis y septicemia.

A lignieresii causa abscesos tumorales en la lengua. A esta enfermedad se le llama a veces "lengua de madera". Se ha observado principalmente en el ganado vacuno, pero también en ovejas, caballos, cerdos y perros. Es una causa de enfermedad poco habitual en los pollos.

El microorganismo puede causar asimismo lesiones piogranulomatosas en tejidos blandos de la cabeza, cuello, extremidades y, ocasionalmente, en los pulmones, la pleura, las ubres y el tejido subcutáneo. El microorganismo forma parte de la microbiota normal de la mucosa del tracto gastrointestinal superior y provoca la enfermedad cuando logra acceder a los tejidos blandos adyacentes a través de heridas penetrantes. Causa infecciones localizadas y se puede propagar a otros tejidos a través de la vía linfática.

La lesión primaria asociada a la infección por A lignieresii en el ganado vacuno es una lengua muy dura y difusamente hinchada. Esto produce salivación excesiva, incapacidad para aprehender los alimentos con normalidad y, a veces, una lengua visiblemente agrandada que sobresale de la boca. A la palpación, la lengua se sentirá muy dura y dolorosa. Esta forma de actinobacilosis se encuentra en todo el mundo, pero es esporádica y, por tanto, difícil de prevenir. Los brotes en la explotación son posibles y suelen estar asociados al consumo de alimentos rugosos y abrasivos que favorecen la formación de lesiones en la boca.

A seminis es una causa ocasional de poliartritis en corderos jóvenes y epididimitis en carneros adultos. A urea ha causado infecciones de las vías respiratorias superiores en humanos y abortos en cerdos. Además, A actinoides en ocasiones se ha asociado con neumonía supurativa en terneros y vesiculitis seminal en toros.

Diagnóstico de la actinobacillosis

  • Confirmado por cultivo, PCR o ELISA

El diagnóstico de A pleuropneumoniae en cerdos se obtiene por cultivo del microorganismo a partir de hisopos nasales o tejido pulmonar en la necropsia. También se han desarrollado técnicas moleculares como PCR y ELISA que detectan la presencia del microorganismo en muestras de tejido. Tanto en potros como en caballos adultos, hay además otras bacterias que pueden causar los mismos síndromes de enfermedad clínica que A equuli, por lo que el diagnóstico definitivo es importante, lo que requiere aislar la bacteria en cultivo.

En el ganado vacuno, el diagnóstico de lengua de madera requiere un cultivo y una biopsia de la lesión. El pus de un absceso aplastado entre dos portaobjetos de vidrio puede mostrar espículas de fosfato de calcio, y tener la apariencia de gránulos de azufre <1 mm de diámetro. No hay pruebas serológicas fiables disponibles para la actinobacilosis, y los hallazgos hematológicos y bioquímicos suelen ser normales. La patología macroscópica suele revelar una lengua dura y pálida que contiene nódulos multifocales. Estos nódulos a menudo están llenos de pus espeso de color blanco amarillento. Histológicamente, la lesión primaria es un absceso granulomatoso.

Tratamiento de la actinobacilosis

  • Antibióticos en cerdos y caballos; yoduro de sodio en rumiantes

El tratamiento de la enfermedad respiratoria en los cerdos implica el uso de antibióticos como la penicilina, la tetraciclina, la espectinomicina, las cefalosporinas o las fluoroquinolonas. En los caballos, las infecciones por A equuli pueden tratarse con cloranfenicol, gentamicina o cefalosporinas de tercera generación, según la naturaleza de la infección y la capacidad para alcanzar concentraciones terapéuticas en el lugar de la infección. Los antibióticos betalactámicos y las sulfamidas se han recomendado en el pasado, pero recientemente se ha descrito una resistencia generalizada a ambos antibióticos.

El yoduro de sodio es el tratamiento de elección en la actinobacilosis de los rumiantes. Se administra yoduro de sodio por vía IV 1 vez (70 mg/kg de una solución al 10-20 %) y después se repite 1-2 veces a intervalos de 7-10 días. Si se desarrollan signos clínicos de intoxicación por yodo (como caspa, diarrea, anorexia, tos y lagrimeo excesivo), se debe interrumpir la administración de yodo. La mejoría clínica se observa a menudo en las siguientes 48 horas desde el tratamiento, y este suele tener éxito cuando solo está afectada la lengua. Los agentes antibacterianos sistémicos, como el ceftiofur, la penicilina, la ampicilina, el florfenicol y las tetraciclinas, pueden ser eficaces y se recomiendan principalmente en los casos graves de actinobacilosis o en los casos refractarios al tratamiento con yoduro de sodio. Puede ser útil la reducción quirúrgica de las lesiones, especialmente si interfieren con el flujo aéreo. Esto es particularmente evidente cuando existen grandes masas granulomatosas que no responden al tratamiento médico.

Prevención de la actinobacilosis

El control de A pleuropneumoniae en cerdos se centra en un buen manejo combinado con el uso de vacunas o en la erradicación de la infección del rebaño por despoblación. En los rumiantes, la lengua de madera se previene principalmente evitando los alimentos groseros con tallo y los pastos llenos de aristas de plantas duras y penetrantes (es decir, espigas o cardos).

Puntos clave

  • Las especies de Actinobacillus causan tres enfermedades principales en los animales. A pleuropneumoniae puede provocar una enfermedad respiratoria grave en los cerdos que a menudo da lugar a una mortalidad elevada.

  • A equuli puede producir septicemia y neumonía en potros y en caballos adultos.

  • A lignieresii es una causa de "lengua de madera" en los rumiantes, es decir, abscesos en la lengua que dificultan la capacidad del animal para comer.

  • El tratamiento suele ser con antibióticos en cerdos y caballos, y con yoduro de sodio en rumiantes.

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