Técnicas de diagnóstico por imagen para la evaluación de la cojera

  • Radiografías: las radiografías permiten evaluar los tejidos óseos y revelan cambios a largo plazo. Las radiografías de contraste (radiografías tomadas después de la administración intravenosa de una tinción al caballo) proporcionan información sobre el cartílago articular y otras estructuras y son de especial valor para determinar si los quistes debajo del cartílago interfieren en la articulación.

  • Ecografía: el examen ecográfico puede utilizarse para evaluar la mayoría de los tejidos blandos. Es más útil en la valoración de tendones y ligamentos, pero también puede utilizarse para evaluar músculos y cartílagos. Utilizados juntos, las radiografías y la ecografía proporcionan una imagen completa de los tejidos óseos y los tejidos blandos que los conectan y sostienen.

  • Resonancia magnética (RM): una RM puede proporcionar más detalles del hueso, los tejidos blandos y los líquidos corporales. Aunque un tipo de RM solo se realiza en caballos anestesiados, otro tipo puede evaluar la parte inferior de la extremidad en caballos sedados y de pie.

  • Tomografía computarizada (TC): la TC requiere anestesia, pero proporciona la imagen más clara posible de las extremidades, las articulaciones y el cuello.

  • Termografía: esta técnica no invasiva crea una imagen de la temperatura de la superficie de un objeto. Mide el calor emitido y es útil para detectar la inflamación que puede contribuir a la cojera. Las enfermedades y las lesiones casi siempre afectan a la circulación sanguínea, lo que a su vez afecta a la temperatura de una zona lesionada. Debido al aumento del flujo sanguíneo a un área afectada, la termografía puede identificar "puntos calientes" de inflamación local. Si una enfermedad reduce el suministro de sangre a un área en particular, esa área de disminución de calor suele estar rodeada por un borde más cálido, que la termografía también puede identificar.

  • Gammagrafía: durante la gammagrafía se inyecta una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva por vía intravenosa. Dado que la inflamación causa un aumento local del flujo sanguíneo, la sustancia radiactiva se acumulará en el área inflamada. También se acumula más en el hueso lesionado. Se usa una cámara especial que es sensible a la sustancia radiactiva inyectada para localizar el área afectada.