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Atención médica rutinaria de gatos

PorJohn A. Bukowski, DVM, MPH, PhD;
Susan Aiello, DVM, ELS
Revisado/Modificado Modificado jul 2011
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La atención médica rutinaria se refiere al cuidado general, no urgente, necesario para mantener a un gato sano a lo largo su vida. Esto incluye el cuidado veterinario rutinario para la aplicación de vacunas, el control de parásitos y el cuidado dental; una alimentación adecuada, aseo y protección contra los peligros domésticos.

Importancia de la atención veterinaria

Los gatos adultos deben someterse a un examen veterinario completo al menos una vez al año. Los gatitos suelen necesitar visitas veterinarias cada 3-4 semanas hasta que tienen aproximadamente 4 meses de edad. Los gatos de edad avanzada (mayores de 8-9 años) deben ver a su veterinario dos veces al año, o con mayor frecuencia, ya que las enfermedades son más comunes en las mascotas mayores y deben identificarse antes para proporcionar un tratamiento adecuado. Su veterinario puede recomendar un programa de bienestar para su mascota, como análisis de sangre de rutina, para controlar la enfermedad renal o hepática en etapas tempranas.

Signos de enfermedad

Dado que usted está más familiarizado con su gato que cualquier otra persona, debe vigilarlo cuidadosamente para detectar signos sutiles de enfermedad que otra persona o incluso un veterinario podrían pasar por alto. Los signos generales de enfermedad incluyen falta de apetito o disminución de la actividad. Otros signos más específicos incluyen vómitos y diarrea, orina más (o menos) frecuente, tos y estornudos, y secreción de ojos, oídos o nariz. Las enfermedades también pueden manifestarse como pérdida de pelo o áreas de picor en la piel o alrededor de las orejas. Los problemas con el sistema musculoesquelético se observan a menudo como rigidez o cojera, por ejemplo, al no apoyar el peso sobre una pata. Si su gato muestra alguno de estos signos durante más de uno o dos días, una visita al veterinario es una buena idea.

Administrar medicación

Administrar pastillas a un gato puede ser muy difícil. Algunos gatos toman pastillas si estas se esconden dentro de una golosina pequeña, como un trozo de atún o pollo. Sin embargo, muchos gatos se comerán el premio y escupirán el medicamento. En estos casos, necesitará aprender a administrar pastillas. Deberá inclinar la cabeza de su gato de modo que mire hacia arriba (es decir, hacia el techo), abrir su boca y colocar la pastilla directamente en la parte posterior de la boca para que trague. Su veterinario, o auxiliar veterinario, puede hacerle una demostración y darle orientación adicional. A veces, se recetan medicamentos líquidos, especialmente para los gatitos. Los líquidos se pueden administrar a través de una jeringa en la parte posterior de la boca del gato, insertando la punta cerca de los dientes posteriores a ambos lados. Sostener la cabeza del gato parcialmente inclinada hacia arriba puede ayudar a prevenir derrames. Los productos spot on u otros medicamentos tópicos se administran directamente sobre el pelo o la piel. Si su gato necesita gotas para ojos o medicación para oídos, su veterinario o auxiliar veterinario le hará una demostración. Independientemente del tipo de medicamento o de cómo se vaya a administrar, es importante leer y seguir todas las instrucciones de la etiqueta.

Gato tomando una pastilla

Vacunas

Las vacunas son un componente clave de la medicina preventiva en gatos, al igual que en perros y personas. Las vacunas se administran para estimular el sistema inmunitario frente a las infecciones, antes de la exposición a la enfermedad. Se administran rutinariamente varias vacunas a los gatos como protección central frente a enfermedades infecciosas graves (p. ej., panleucopenia, herpesvirus). Otras (denominadas no esenciales) son importantes en ciertas regiones y situaciones (p. ej., el virus de la leucemia felina). Su veterinario puede aconsejarle qué vacunas se recomiendan en su área y circunstancias.

Es posible que se necesiten vacunas de refuerzo durante toda la vida del gato para garantizar una protección continua. Su veterinario puede aconsejarle sobre el mejor programa de vacunación para su gato.

Control de parásitos

Varios parásitos internos y externos pueden infestar a los gatos ( ver la Tabla: Parásitos comunes de los gatos). Los parásitos intestinales comunes de los gatos incluyen áscaris, anquilostomas y cestodos. Las infestaciones por gusanos, a menudo, se transmiten a través de huevos en las heces o directamente de la madre a la camada, a través de la placenta o la leche. A veces, un hospedador secundario está implicado en la infestación. Por ejemplo, las infestaciones por cestodos se transmiten a través de la ingestión de larvas presentes en las pulgas o en el tejido de presas infectadas (como ratones).

Los gusanos intestinales causan daños en el tracto digestivo y pérdida de sangre. También interfieren en la absorción de nutrientes esenciales. La infestación se diagnostica mediante el análisis de muestras fecales. Las muestras fecales deben analizarse varias veces en gatitos, periódicamente (por lo general, una vez al año) en todos los gatos de interior y, al menos, dos veces al año en los gatos de exterior, que son especialmente propensos a infestarse con parásitos.

Los parásitos intestinales de gatos no suelen causar infestación intestinal en personas; sin embargo, se han desarrollado infestaciones por anquilostomas que causan dolor abdominal y enteritis en personas con un sistema inmunitario debilitado. Las larvas de áscaris también tienen el potencial de infestar a las personas; las larvas ingeridas pueden penetrar en órganos sensibles, como el ojo o el feto en desarrollo. Los propietarios de gatos deben limpiar todas las cajas de arena con frecuencia (se tarda al menos una semana para que estos huevos de parásitos intestinales se vuelvan infestantes) y lavarse bien las manos después de cualquier exposición a la arena para gatos, heces, vómitos y otros líquidos corporales.

Tabla
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Los gatos también pueden infectarse con protozoos como coccidios o Toxoplasma. Estos son parásitos microscópicos que viven dentro de las células del tracto digestivo. La mayor preocupación para los propietarios de gatos es la toxoplasmosis, que se transmite directamente a través de los huevos o indirectamente a través de quistes infecciosos en la carne cruda (por lo general de animales de presa). La toxoplasmosis solo suele causar trastornos digestivos leves en gatos, pero puede causar una enfermedad más grave si se transmite a personas. Las personas con mayor riesgo son mujeres embarazadas, niños pequeños y quienes tienen un sistema inmunitario debilitado, como personas con sida o que reciben quimioterapia para el cáncer. Los microorganismos ingeridos pueden migrar por todo el organismo, causando daño a órganos importantes (incluido el cerebro) o al feto en desarrollo. Las personas en riesgo pueden prevenir la infección, al evitar manipular las heces de los gatos y al no comer carne cruda o poco cocida. La limpieza de la arena para gatos debe ser realizada por otra persona. Toda la carne destinada al consumo debe estar bien cocida.

Otros parásitos internos de los gatos son los trematodos (gusanos planos que pueden infestar el intestino o el hígado) y los gusanos pulmonares. Los gatos de exterior que cazan son propensos a estas infestaciones, especialmente si viven o buscan presas cerca del agua. Los animales acuáticos, como caracoles y ranas, son hospedadores comunes del trematodo en desarrollo o de las larvas del gusano pulmonar. Estas infestaciones se diagnostican mediante el análisis de muestras fecales.

Los gatos también pueden infestarse con gusanos del corazón, que son parásitos transmitidos por mosquitos. La enfermedad del gusano del corazón es común en la mayoría de los EE. UU. Se diagnostica con mayor frecuencia a través de un análisis de sangre y se puede prevenir administrando medicación mensual. La enfermedad del gusano del corazón en los gatos puede ser bastante grave, por lo que la prevención es fundamental.

Los parásitos externos de los gatos incluyen pulgas, garrapatas, ácaros de la sarna y ácaros del oído. Los tratamientos preventivos mensuales están disponibles para controlar pulgas y garrapatas y se administran como aerosoles corporales o preparaciones en spot on que se colocan sobre la piel entre las escápulas. Los ácaros de la sarna se pueden detectar raspando la piel de las áreas infestadas en busca de signos de ácaros o sus huevos. Los signos de la sarna incluyen áreas rojas, escamosas o zonas de alopecia en la piel, o ambos. Un tipo de sarna llamado Cheyletiella se denomina "caspa andante". Este ácaro grande causa prurito a lo largo de la superficie de la piel, mientras que otros ácaros de la sarna residen más profundamente dentro de las capas de la piel o de los folículos pilosos. Las personas también pueden infestarse con los ácaros aradores de la sarna (Sarcoptes) y Cheyletiella.

Rascar, gato

Los gatos de exterior también pueden infestarse por larvas de Cuterebra, que es una fase de desarrollo de una mosca en particular. Las larvas se suelen encontrar alrededor de las madrigueras de los roedores y conejos, y excavan bajo la piel de los gatos. Esto produce una gran inflamación debajo de la piel, por lo general alrededor de la cabeza o el cuello, con un pequeño orificio redondo de respiración en la superficie de la piel. El tratamiento consiste en eliminar las larvas y tratar la herida resultante.

Cuidados dentales

Los gatos necesitan atención dental durante toda su vida. Puede ayudar a mantener en buen estado los dientes y encías de su gato dándole comida seca y siguiendo un programa de limpiezas dentales profesionales realizadas por su veterinario. Un buen cuidado dental reduce la formación de placa que, si no se trata, puede progresar a gingivitis y enfermedad de las encías. En los casos graves de enfermedad dental, la extracción es frecuente.

Cepillado

Los gatos se acicalan con frecuencia. Las razas de pelo corto suelen necesitar poco cepillado o baño por parte de sus propietarios. El cepillado rutinario de gatos de pelo largo o de aquellos que dejan de acicalarse debido a una enfermedad es importante para eliminar el pelo caído y evitar la formación de nudos. El cepillado también limita la cantidad de pelo que ingieren los gatos, lo que ayuda a disminuir el desarrollo de bolas de pelo. A muchos gatos les gusta que los cepillen, y el cepillado puede usarse como recompensa y momento para crear vínculos. Los nudos se deben quitar con máquinas cortapelo eléctricas (no tijeras) para evitar cortar la piel.

Se deben revisar rutinariamente las orejas del gato para ver si están limpias. La acumulación de suciedad y cera en los oídos puede favorecer la aparición de microorganismos que causan infecciones. El veterinario puede limpiar las orejas de los gatos de forma segura. Si la limpieza es necesaria de forma regular, pida a su veterinario que le muestre cómo hay que hacerlo.

Los gatos sanos rara vez necesitan un baño. Sin embargo, si es necesario un baño, solo se deben usar champús para mascotas aprobados para su uso en gatos.

Peligros domésticos

Su gato debe estar protegido de los peligros domésticos, como productos químicos, pesticidas, productos de limpieza, anticongelantes, cables eléctricos, fármacos, alcohol y plantas comunes que pueden ser venenosas. Los gatitos curiosos que tienden a masticar casi cualquier cosa corren un mayor riesgo, y estos productos deben mantenerse fuera del alcance de todos ellos. Los gatos son especialmente sensibles a muchos medicamentos que se encuentran comúnmente en el hogar, como aspirina, paracetamol, ibuprofeno y remedios para el resfriado. Nunca le dé a su gato ningún medicamento para humanos a menos que se lo indique específicamente su veterinario.

Los gatos y los gatitos deben mantenerse alejados de ventanas abiertas o de balcones, en apartamentos o propiedades que están a varios pisos del suelo. Aunque son ágiles y, a menudo, capaces de enderezarse en el aire, los gatos pueden sufrir lesiones graves si caen desde gran altura.

Esterilización/castración

Todos los gatos se deben esterilizar (hembras) o castrar (machos), a menos que se utilicen para la reproducción. Esto previene la aparición de gatitos no deseados y evita problemas médicos potencialmente graves en el futuro, como el cáncer uterino o la infección. La esterilización también disminuye la necesidad de salir al exterior, lo que puede prevenir accidentes de tráfico, peleas y otras lesiones. Los gatos machos castrados también son mucho menos propensos a rociar orina para marcar su territorio. El procedimiento de esterilización o castración se suele realizar cuando los gatos tienen entre 6 y 7 meses de edad.