Los hemoderivados se administran en una línea IV para dicho propósito, con un sistema de hemofiltración en línea (ver imagen del filtro de hemoderivados). Para el suministro de transfusiones sanguíneas, solo se deben utilizar bombas aprobadas para hemoderivados (o flujo de gravedad, sin bomba).
La velocidad de la transfusión depende del estado del paciente, con rápidas velocidades garantizadas en individuos con inestabilidad hemodinámica, y suministro lento (durante 4 horas) en pacientes más estables. En pacientes con enfermedad cardiaca o insuficiencia renal, están indicadas velocidades de transfusiones más lentas.
Los líquidos que contienen calcio no se pueden administrar con hemoderivados, y tampoco se deben administrar medicamentos con las transfusiones sanguíneas. Los eritrocitos permanecen en el refrigerador hasta poco antes de que se usen, mientras que los productos de plasma congelados se descongelan inmediatamente antes de usar.
A todos los donantes y receptores se les debe realizar la determinación del antígeno eritrocitario canino (DEA) 1 (perros) o AB (gatos) antes de la transfusión para permitir la transfusión de hemoderivados compatibles. Aunque los perros DEA 1 positivos pueden recibir hemoderivados DEA 1 negativos sin riesgo de incompatibilidad, el uso de hemoderivados DEA 1 positivos en receptores DEA 1 positivos permite un manejo prudente de los recursos del banco de sangre.
En las transfusiones, se les tiene consideración especial a los perros con un grupo sanguíneo DEA 1 positivo débil debido al riesgo inmunitario desconocido de transfundir un grupo sanguíneo DEA 1 positivo fuerte a un perro DEA positivo 1 débil. Un donante de sangre DEA 1 positivo débil se trata como DEA 1 positivo, mientras que un receptor DEA 1 positivo débil debe recibir sangre DEA 1 negativo.
El volumen de los eritrocitos transfundido se puede calcular según el hematocrito postransfusional deseado. Los pacientes no requieren un hematocrito normal para alcanzar la estabilidad hemodinámica.
El volumen de sangre a transfundir (en ml) se puede calcular de la siguiente manera:
Volumen del concentrado de eritrocitos a transfundir = ([hematocrito deseado – [hematocrito del receptor]/unidad de hematocrito) × BV × BW
donde BV es el volumen de sangre total del receptor (en ml/kg) estimado como 40-60 ml/kg en gatos y 80-90 ml/kg en perros, y BW es el peso corporal (en kg).
Para las coagulopatías, la dosis recomendada de plasma a transfundir es de 10-20 ml/kg (perros) o 6-10 ml/kg (gatos).
El plasma no es eficaz para el tratamiento de la hipoproteinemia, pero el volumen de plasma (en ml) se puede calcular de la siguiente manera:
El volumen de plasma a transfundir = ([TP deseada – TP del receptor]/unidad de TP) × BV × BW
donde TP es la proteína total, BV es el volumen de sangre total del receptor (en ml/kg) estimado como 40-60 ml/kg en gatos y 80-90 ml/kg en perros, y BW es el peso corporal (en kg).
La albúmina sérica canina liofilizada se reconstituye en varias concentraciones justo antes de su uso según la necesidad. Se recomienda una solución al 5 % para perros normovolémicos. Se recomienda la dosis necesaria para alcanzar una concentración de albúmina en el paciente de 2-2,5 g/dl; se necesitan 450 mg/kg para aumentar la albúmina sérica en 0,5 g/dl.
Las transfusiones de plasma rico en plaquetas, concentrado de plaquetas y plaquetas criopreservadas se dosifican en 1 unidad por 10 kg de peso corporal del receptor y se administran en un plazo máximo de 2 horas.
Si el estado del paciente lo permite, muchos veterinarios usan una dosis de prueba antes de la administración de una transfusión de eritrocitos, administrando una pequeña cantidad de sangre (por ej., 0,25 ml/kg durante 15 minutos) y monitoreando al animal de cerca para identificar signos clínicos de reacción transfusional. Si no hay ningún problema, la transfusión continúa en la velocidad indicada.
Riesgos de las transfusiones de sangre en perros y gatos
Los receptores de la transfusión se deben monitorear de cerca a lo largo y después de la transfusión. Las constantes vitales se deben evaluar cada 15 minutos durante la primera hora, cada hora hasta la finalización de la transfusión, y luego a los 15 minutos, 1 hora y 24 horas de terminada la transfusión. Se deben evaluar los pacientes de inmediato si se sospecha algún signo clínico de reacción. Para evaluar la eficacia de la transfusión, se puede valorar el hematocrito cuando se complete la transfusión de eritrocitos.
Fiebre
La fiebre es uno de los signos clínicos más comunes de una reacción transfusional. La reacción transfusional febril no hemolítica (FNHTR) se define como una temperatura corporal >39 °C y un aumento de temperatura >1 °C, durante o en las 4 horas siguientes a la transfusión, sin la identificación de otras causas. La FNHTR es una reacción leve y autolimitante secundaria a la transfusión de antígenos de leucocitos y plaquetas, como también de mediadores proinflamatorios, y no requiere tratamiento. También se pueden presentar reacciones transfusionales más graves con fiebre; por lo tanto, la fiebre debe dar origen a una completa evaluación del paciente.
Se ha asociado el uso de hemoderivados leucorreducidos con disminución en las tasas de FNHTR en perros.
Hemólisis
La hemólisis se puede atribuir a causas no inmunitarias (por ej., daño a los eritrocitos transfundidos por almacenamiento o técnicas de administración inadecuadas) o causas inmunitarias por reacciones de hipersensibilidad de tipo II (antígeno-anticuerpo). El ejemplo más común de reacción transfusional hemolítica aguda (AHTR) es la transfusión de un grupo sanguíneo contra el cual el receptor tiene anticuerpos.
Los signos clínicos de AHTR pueden variar en gravedad desde fiebre, taquicardia y disnea hasta hipotensión, choque y coagulación intravascular diseminada. Las AHTR se caracterizan por un aumento inadecuado en el hematocrito después de la transfusión y signos clínicos de hemólisis (por ej., nueva hiperbilirrubinemia o hemoglobinemia, presencia de esferocitos, presencia de células fantasma). Puede haber fiebre.
En caso de AHTR, se debe detener la transfusión e iniciar la rehidratación y otro tratamiento sintomático, según sea necesario. Las incompatibilidades inmunitarias puede dar lugar a reacciones transfusionales hemolíticas tardías y con frecuencia no son clínicamente detectables, salvo por un descenso acelerado en el hematocrito >24 horas después de la transfusión de eritrocitos.
Dificultad respiratoria
Las reacciones transfusionales que causan dificultad respiratoria son las más comunes debido a la sobrecarga circulatoria asociada a la transfusión (TACO).
Los signos clínicos de la TACO incluyen una nueva aparición de dificultad respiratoria (por ej., taquipnea, tos) durante la transfusión o en las 24 horas posteriores. Los signos radiográficos de aumento del tamaño de la vascularización venosa pulmonar o infiltrados parenquimatosos pulmonares y una ecografía cardíaca en la que se observe una relación aumentada entre el tamaño de la aurícula izquierda y el de la aorta, o nuevos aumentos en la concentración de péptido natriurético cerebral (BNP), respaldan el diagnóstico de TACO.
La TACO se trata mediante la interrupción de la transfusión, el uso de diuréticos de manera cuidadosa y el tratamiento sintomático.
No se suele producir lesión pulmonar aguda en relación con la transfusión en pacientes veterinarios.
Reacciones alérgicas agudas
Las reacciones alérgicas agudas provocan una variedad de signos clínicos durante la transfusión o unas horas después. Por lo general, las reacciones alérgicas en el perro afectan la piel y el tracto GI, y se notifican frecuentemente urticaria, edema y vómitos. Las reacciones alérgicas en el gato son de naturaleza principalmente respiratoria, y pueden causar disnea, aunque también pueden presentarse signos cutáneos y GI. Las reacciones alérgicas y anafilácticas más graves pueden provocar hipotensión y choque. Se utilizan antihistamínicos para tratar las reacciones alérgicas leves.
Para los signos clínicos de anafilaxia, se administra epinefrina y otro tratamiento sintomático, según esté indicado.
Infección
Las reacciones de infección transmitidas por la transfusión surgen después de la transfusión de hemoderivados contaminados por patógenos. Los signos clínicos dependen de los patógenos transmitidos. La contaminación bacteriana de hemoderivados puede provocar una variedad de signos clínicos, incluidos vómitos, fiebre y choque. Se deben hacer cultivos con muestras de los productos transfundidos y la sangre del receptor para investigar la sospecha de contaminación bacteriana.
Xenotransfusión
La transfusión de sangre canina a un receptor felino (xenotransfusión) se ha documentado ocasionalmente como opción para transfundir a gatos, especialmente cuando no se dispone de sangre del grupo sanguíneo B para un receptor con el grupo sanguíneo B. Los eritrocitos caninos transfundidos tienen una semivida corta, y existe riesgo de AHTR. Se recomienda realizar pruebas de compatibilidad cruzada antes de la xenotransfusión, para identificar el producto de transfusión más apropiado. La xenotransfusión está indicada solamente si se agotan todas las otras opciones de transfusión compatibles específicas por especie y justifica la estrecha consulta con los clientes con respecto a los riesgos asociados.
Isoeritrólisis neonatal
Las gatas de grupo sanguíneo B tienen un título alto de aloanticuerpos naturales contra los eritrocitos del grupo sanguíneo A, y su calostro contiene una alta concentración de estos anticuerpos anti-A. Las crías de grupo sanguíneo A o AB que nacen de una gata de grupo sanguíneo B adquieren anticuerpos anti-A en el calostro. En un neonato, durante las primeras 24 horas después del nacimiento, aumenta la permeabilidad intestinal y se absorben los anticuerpos sistémicamente, lo cual provoca hemólisis. En consecuencia, durante este período, los cachorros felinos de grupo sanguíneo A y AB deben recibir alimentación alternativa. Debido a que la permeabilidad intestinal disminuye en las 24 horas posteriores al nacimiento, los gatitos pueden volver a amamantarse de la gata 24 horas después del nacimiento. La genotipificación puede identificar parejas reproductoras B/B con el fin de prevenir la isoeritrólisis neonatal.
Conceptos clave
Se recomienda enfáticamente la determinación del grupo sanguíneo para DEA 1 antes de las transfusiones en perros; la determinación del grupo sanguíneo AB es esencial antes de las transfusiones en gatos.
Los gatos pueden tener anticuerpos naturales contra otros grupos sanguíneos; tanto los gatos como los perros pueden adquirir anticuerpos contra grupos sanguíneos distintos al propio a través de la exposición.
La prueba de compatibilidad cruzada mayor se recomienda en perros >4 días después de cualquier transfusión y en gatos, independiente de los antecedentes de transfusiones, >2 días después de la transfusión para disminuir el riesgo de incompatibilidad inmunitaria entre los donantes y los receptores de sangre.
Para más información
Wardrop KJ, Birkenheuer A, Blais MC, et al. Update on canine and feline blood donor screening for blood-borne pathogens. J Vet Intern Med. 2016;30(1):15-35.
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Davidow EB, Blois SL, Goy‐Thollot I, et al. Association of Veterinary Hematology and Transfusion Medicine (AVHTM) transfusion reaction small animal consensus statement (TRACS) part 2: prevention and monitoring. J Vet Emerg Crit Car. 2021;31(2):167-188.
Odunayo A, Nash KJ, Davidow EB, et al. Association of Veterinary Hematology and Transfusion Medicine (AVHTM) transfusion reaction small animal consensus statement (TRACS) part 3: diagnosis and treatment. J Vet Emerg Crit Car. 2021;31(2):189-203.
Consulte también la información para propietarios sobre grupos sanguíneos y transfusiones de sangre en perros y gatos.