Los signos clínicos de trastornos osteomusculares incluyen debilidad, cojera, hinchazón de la extremidad y disfunción articular. Puede desarrollarse deterioro neurológico motor o sensorial de forma secundaria a lesiones neuromusculares. Las anomalías del aparato locomotor también pueden afectar a otros órganos de los sistemas endocrino y hemolinfático, y de los aparatos urinario, digestivo, circulatorio y respiratorio.
El examen de la enfermedad osteomuscular se dirige a localizar y delimitar la lesión o lesiones. El diagnóstico requiere una revisión precisa de la semiótica, de la anamnesis y estado físico del animal. La determinación de la cojera es esencial para establecer un diagnóstico. Las pruebas complementarias útiles incluyen la radiografía, la ecografía, la artrocentesis, la artroscopia diagnóstica, la artrografía, la electromiografía y la biopsia y el examen histopatológico de los tejidos. Para lesiones sutiles, las técnicas avanzadas de diagnóstico por imagen, como las gammagrafías óseas (gammagrafía nuclear), la TC y la RM, se utilizan cada vez más en hospitales universitarios y de referencia.