El cáncer podal en los caballos es una afección pododermática proliferativa del casco.
Etiología y fisiopatología del cáncer podal en caballos
La etiología y la patogénesis del cáncer podal en los caballos siguen siendo desconocidas. Se ha sospechado de bacterias anaerobias, espiroquetas y el virus del papiloma bovino como posibles agentes etiológicos.
La enfermedad se caracteriza por una inflamación proliferativa de la epidermis y la dermis.
El cáncer podal en los caballos generalmente comienza en los surcos central o colateral de la ranilla, y luego suele propagarse rápidamente al cuerpo principal de la ranilla. El cáncer podal puede extenderse a la suela y a los bulbos del talón, y en ocasiones afecta a la pared del casco y a la banda coronaria.
Se cree que la falta de higiene y el alojamiento en ambientes cálidos y húmedos son factores que predisponen al cáncer podal; sin embargo, la enfermedad puede aparecer en caballos que reciben cuidados regulares de los cascos y viven en condiciones ideales.
Históricamente, el cáncer podal se ha descrito con mayor frecuencia en las razas de tiro, pero puede darse en cualquier raza de caballo.
Hallazgos clínicos del cáncer podal en caballos
El hecho de que el cáncer podal provoque cojera en los caballos depende de la cronicidad de la enfermedad. Puede estar presente en uno o varios cascos, y las extremidades afectadas pueden presentar un aumento palpable de la intensidad del pulso digital. El cuerno normal de la suela y la rana se destruye y se sustituye por una versión blanca y frondosa de cuerno anormal que, según se describe, parece carne de cangrejo y sangra con facilidad.
Diagnóstico del cáncer podal en caballos
El diagnóstico presuntivo del cáncer podal en los caballos suele basarse en el aspecto característico del tejido afectado. Para el diagnóstico definitivo son necesarias una biopsia y un examen histológico; sin embargo, estas pruebas diagnósticas se realizan con poca frecuencia.
Los diagnósticos diferenciales para el cáncer podal incluyen las aftas y el tejido de granulación exuberante.
Tratamiento y manejo del cáncer podal en caballos
El cáncer podal en los caballos puede tratarse con métodos químicos, quirúrgicos y médicos, por separado o combinados.
El tratamiento químico del cáncer podal consiste en sumergir el casco en una solución de dióxido de cloro en un sistema de bolsa cerrada durante aproximadamente 45 minutos por sesión de tratamiento. Este proceso puede repetirse cada 24-48 horas, normalmente durante varios tratamientos. El tratamiento químico suele tener bastante éxito y es mínimamente invasivo.
El desbridamiento quirúrgico del tejido afectado en casos de cáncer podal puede realizarse normalmente en un caballo sedado y de pie con analgesia perineural. El desbridamiento puede requerir anestesia general, dependiendo del temperamento del caballo y de la gravedad del cáncer podal. El objetivo de la escisión quirúrgica es eliminar todo el tejido afectado sin alterar la capa germinal de la epidermis. El tejido afectado suele extirparse con una combinación de cuchillas para cascos y escalpelos.
El tratamiento con láser de dióxido de carbono y la crioterapia también se han utilizado para eliminar el tejido afectado en casos de cáncer podal en caballos. Las pinzas rongeur son útiles para remover tejido que resulta difícil de extraer con cuchillos de casco o bisturíes. Dependiendo de la profundidad del desbridamiento, puede ser necesario un torniquete. También se ha utilizado la crioterapia en el tejido afectado; sin embargo, ese uso es algo controvertido debido a la posibilidad de dañar el tejido germinal.
El tratamiento médico del cáncer podal en los caballos consiste en aplicar medicamentos tópicos tras el desbridamiento quirúrgico. Se suelen utilizar antimicrobianos como el metronidazol y la oxitetraciclina. La aplicación de una solución de peróxido de benzoilo al 10 % disuelta en acetona también ha dado buenos resultados. Estos productos tópicos se mantienen contra la zona deseada mediante un vendaje para cascos o una herradura de placa de tratamiento y se cambian diariamente durante la fase inicial del tratamiento. Los AINE pueden ser necesarios para el tratamiento del dolor tras el desbridamiento.
Es importante que un caballo con cáncer podal se mantenga en un entorno limpio y seco mientras el tejido cicatriza. Se recomiendan revisiones periódicas para vigilar de cerca cualquier reaparición de tejido enfermo. El tratamiento debería producir una notable mejoría en 2 semanas.
Dado que la respuesta al tratamiento del cáncer podal en los caballos varía, el pronóstico inicial es reservado. La recuperación completa con un crecimiento normal de los cuernos es posible con un tratamiento adecuado y la gestión del alojamiento.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre el cáncer podal de los caballos.