En los animales domésticos, se han descrito muchas asociaciones entre el color de la piel y del pelaje, y ciertas anomalías del desarrollo. Algunas de las asociaciones con las hipotricosis se han tratado en la alopecia hereditaria.
El albinismo parece ser raro en animales domésticos. El albinismo verdadero se acompaña siempre de iris pálido o color rosa, defectos visuales y aumento del riesgo de desarrollar neoplasias, inducidas por la radiación solar en la piel. Se ha descrito en ovejas islandesas y en ganado vacuno guernsey, murboden austriaco, shorthorn, parda alpina y charolés. El diagnóstico diferencial del albinismo debe hacerse en relación con los animales pintos con exceso de manchas blancas (piebaldismo) y con aquellos en los que domina el color blanco. Algunos animales con piebaldismo extremo o con color blanco dominante presentan anomalías neurológicas o sordera, o sufren la muerte intraútero.
El síndrome letal del potro blanco resulta del cruce de dos capas overas. En perros y gatos, el blanco dominante o piebaldismo extremo puede acompañarse de sordera unilateral o bilateral y, a veces, de iris azules o heterocrómicos. Los gatos blancos con ambos ojos azules tienen un 75 % de posibilidades de tener sordera. En los perros, la sordera también puede estar asociada a los colores de pelo merle y se encuentra en dálmatas, sealyham terriers, gran daneses arlequín, collies y bull terriers blancos. En los collies grises o moteados pálidos, se puede encontrar una neutropenia cíclica. En los crestados rodesianos, el pelaje de color pálido se asocia a una degeneración cerebelar.
En el síndrome de Chédiak-Higashi de gatos y ganado vacuno (Hereford, Japonés negro, Brangus), la dilución del color del pelaje (azul humo en gatos) se asocia con anomalías de los neutrófilos y las plaquetas, así como con un acortamiento de la esperanza de vida. Este síndrome se hereda como un carácter autosómico recesivo. Los gatos machos tricolores (calicó y carey) son estériles, ya que el gen para el color naranja está ligado al cromosoma X y es recesivo, y presentan el genotipo anormal XXY.
Las anomalías pigmentarias pueden adquirirse y, a su vez, pueden ser hereditarias o familiares, como en el caso del vitiligo. Como enfermedad familiar, el vitiligo se reconoce con mayor claridad en los caballos árabes (síndrome de despigmentación, síndrome rosado); también puede ser familiar en el ganado vacuno (holstein), en gatos siameses y en algunas razas de perros (pastor belga de tervueren, rottweiler). Los animales afectados desarrollan una forma más o menos simétrica de despigmentación macular de la piel, que, en ocasiones, también afecta al pelaje y a las garras o pezuñas. Se suele manifestar al inicio de la madurez. La mayoría de las lesiones se encuentran en la cara, especialmente en hocico, trufa o plano nasal o alrededor de los ojos. La despigmentación puede aumentar o remitir. La remisión completa es posible, pero poco frecuente. No se acompaña de patología sistémica o cutánea. No existe un tratamiento disponible; es poco probable que los tratamientos utilizados en personas con vitiligo proporcionen resultados cosméticos significativos en animales.
El lentigo en gatos machos de color naranja y de cara anaranjada está marcado por el desarrollo de máculas pigmentadas asintomáticas. Las lesiones se ven por primera vez en labios y párpados, antes del año de edad. Otros lugares afectados son plano nasal y encías. Las lesiones del lentigo (lentiginas) no son precancerígenas y no tienen ninguna consecuencia médica.
La aurotriquia adquirida del Schnauzer Miniatura es un síndrome familiar en el que el pelo, normalmente negro o gris, de esta raza cambia a color dorado, a lo largo de la línea dorsal media. Se suele manifestar al inicio de la madurez. El cambio puede asociarse con un adelgazamiento capilar, pero no con otros signos cutáneos o sistémicos. En la mayoría de los perros, el color del pelaje vuelve a normalizarse en menos de 1-2 años.