Las enfermedades transmitidas entre animales y personas (llamadas enfermedades zoonóticas o zoonosis) presentan un problema de salud pública constante. Muchos microorganismos (como las bacterias y los virus) que infectan a animales también pueden causar enfermedades en personas. Estos microorganismos pueden transmitirse de varias formas. El contacto con el animal es una forma de transmisión de la enfermedad, pero también se puede transmitir a través del contacto con orina, heces o secreciones respiratorias de un animal infectado, o a través del contacto con otros elementos de su entorno. La enfermedad también puede transmitirse a través de arañazos o mordeduras de una mascota, o por insectos que transmiten la infección de animales a humanos. Las personas con sistemas inmunitarios deprimidos tienen mayor riesgo de sufrir infecciones zoonóticas.
Muchas enfermedades zoonóticas conocidas se transmiten de animales silvestres a personas, o de animales silvestres a mascotas y, posteriormente, a personas. La exposición a animales que se mantienen como mascotas está aumentando constantemente, a medida que el número de mascotas aumenta en los EE. UU. y otros países. Los diferentes tipos de animales que se tienen como mascotas también están aumentando. Las mascotas exóticas, como perritos de las praderas, se han vuelto populares en muchas partes del mundo. Estos animales han traído enfermedades de la naturaleza a los hogares humanos. Por ejemplo, en 2003 se produjo un brote de viruela del simio (una enfermedad vírica rara) en personas que estuvieron expuestas al virus, a través de perritos de las praderas recientemente adquiridos. Más tarde se determinó que los perritos de las praderas probablemente estuvieron expuestos al virus cuando entraron en contacto con otra especie exótica, la rata de Gambia, en un distribuidor de mascotas.
Además, la exposición a animales silvestres está aumentando, a medida que los humanos continúan despejando la tierra y construyendo casas en áreas que antes eran hogar de la vida silvestre. Los animales, como los mapaches, se han adaptado a las condiciones urbanas y son portadores comunes de la rabia. El deseo de la gente de tocar a los animales silvestres y al ganado ha dado lugar al establecimiento de zoológicos de mascotas. Los funcionarios de salud pública de varios países, como EE. UU., Canadá y Reino Unido, intentan controlar la transmisión de enfermedades en estos zoológicos, mediante inspecciones y normas como el lavado de manos con jabón antibacteriano.
Muchos virus, como los coronavirus, tienen la capacidad de mutar rápidamente y cambiar su código genético. Estos cambios, a veces, pueden permitirles infectar una nueva especie, incluidos los seres humanos. Se cree que la pandemia de COVID-19 es resultado de un nuevo coronavirus, el SARS-CoV2, que "saltó" de la vida silvestre a las personas. La vigilancia continua de las enfermedades infecciosas, en la interfaz entre las poblaciones humanas y la vida silvestre, es fundamental para la detección temprana de enfermedades zoonóticas.
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