Las ratas macho alcanzan la madurez sexual entre las 6 y las 10 semanas de vida; las hembras, entre las 8 y las 12 semanas. A partir de esta edad, las hembras y los machos deben alojarse por separado. El tiempo medio de gestación es de 21 a 23 días, y la gestación es, a veces, detectable alrededor de las 2 semanas, al palpar el abdomen u observar el aumento de peso o el desarrollo mamario. Las hembras gestantes harán un nido y se les debe proporcionar materiales adecuados. Los pañuelos de papel son un excelente material para anidar.
La descendencia de las ratas se llaman crías. El tamaño habitual de las camadas es de 8 a 18 crías. Las crías de rata nacen sordas y ciegas. La jaula debe mantenerse en un lugar tranquilo y la camada no debe ser molestada durante, al menos, 7 días después del nacimiento, especialmente si se trata de la primera camada de la hembra. El destete se produce alrededor de los 21 días después del nacimiento. Las ratas hembra pueden volver a quedar gestantes rápidamente después de parir; sin embargo, no es saludable que una rata hembra esté gestante y amamantando a una camada. Se recomienda que a la hembra se le dé un periodo de descanso de, por lo menos, 2 meses entre las gestaciones y la cría para que su organismo recupere toda su fuerza.
La cría y la reproducción de las ratas pueden disminuir, debido a factores como edad, desnutrición, ciclos de luz anormales, ambiente frío, quistes en los ovarios, tumores y material de anidación inadecuado. Las hembras gestantes pueden abortar, abandonar o comerse a sus crías, debido a alimentación inadecuada, falta de agua, hacinamiento en el alojamiento del grupo, materiales de anidación inadecuados, crías enfermas o deformadas, o ruido excesivo. Sin embargo, en ratas sanas, los problemas reproductivos son poco frecuentes.
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