El huevo completamente formado puede quedar atascado en la glándula de la cáscara o en la vagina debido a un tamaño excesivo (p. ej., un huevo con doble yema) o como consecuencia de hipocalcemia, tetania por calcio o traumatismos previos (generalmente por picoteo) en la cloaca o la vagina que obstruyen la oviposición (ver fotografía de oviducto impactado).
Cortesía del Dr. Rodrigo Espinosa.
Este trastorno puede tener una mayor incidencia en gallinas jóvenes que se introducen a edad muy temprana o en gallinas con sobrepeso u obesas. Ocurre con mayor frecuencia durante los meses de primavera y verano debido a la sobreestimulación lumínica causada por el aumento de la intensidad de luz y la duración del día. Este efecto puede agravarse por incrementos rápidos en la cantidad de alimento o por exceso de proteína (especialmente lisina).
Los oviductos impactados suelen detectarse solo durante la necropsia en lotes de aves de producción.
Cuando el impacto se produce, los huevos siguen creando capas de albumen y yema, y el oviducto se vuelve muy grande. En algunos casos, los huevos se reabsorben hacia la cavidad celómica (puesta abdominal o puesta interna), y las gallinas afectadas adoptan una postura similar a la de un pingüino.