Deficiencias en la inmunidad innata
La destrucción de las bacterias invasivas mediante la fagocitosis es una característica fundamental de la inmunidad innata y de la inflamación. Las células fagocíticas están presentes en los tejidos (histiocitos, macrófagos sinoviales, células de Kupffer, etc.) o en la sangre (leucocitos polimorfonucleares, monocitos). Las células fagocíticas tienen en su superficie receptores para las inmunoglobulinas y el complemento, que ayudan a incorporar (opsonización) el material extraño cubierto de anticuerpos específicos (opsoninas) o complemento, o ambos.
La fagocitosis implica la quimiotaxia del fagocito hacia los invasores microbianos, la adherencia de microorganismos a la membrana plasmática del fagocito, la ingestión de los microorganismos en un fagosoma y la subsiguiente activación del estallido respiratorio y de las enzimas lisosómicas en el fagosoma, lo que da lugar a la muerte y destrucción microbianas.
Defectos en la fagocitosis en animales
Los defectos en la fagocitosis pueden implicar defectos adquiridos o congénitos en cualquiera de estos pasos, o pueden ser debidos a una deficiencia de los propios fagocitos. Los defectos suelen manifestarse por el incremento de la susceptibilidad a las infecciones bacterianas de la piel, del aparato respiratorio y del tracto GI. Estas infecciones responden mal a los antibióticos.
Las deficiencias secundarias de los fagocitos incluyen trastornos que originan pérdidas persistentes de leucocitos. Algunas de las afecciones en las que las infecciones secundarias pueden ser letales e incluyen lo siguiente:
Infección por el virus de la inmunodeficiencia felina.
Pancitopenia tropical canina.
Granulocitopenias idiopáticas.
Granulocitopenias inducidas por fármacos (fármacos anticancerosos, estrógenos, anticonvulsivos, sulfamidas, etc.).
Trastornos mieloproliferativos.
Las anomalías congénitas causantes de las alteraciones de la fagocitosis en los animales están bien documentadas. En la sangre periférica de determinadas líneas de collie gris y de los cruces del collie se observa una disminución cíclica de todos los elementos celulares, principalmente de los neutrófilos, lo que reduce la resistencia a la infección. Esto es consecuencia de una falla en la leucopoyesis en la médula ósea. También se identificaron deficiencias de opsoninas, capacidades quimiotácticas y mieloperoxidasa en perros. Otras anomalías congénitas incluyen las siguientes:
El síndrome de Chédiak-Higashi es el resultado de un defecto en la función fagosómica y se ha descrito en gatos, visones, ganado vacuno y orcas. Por ejemplo, los visones con la mutación del color del pelaje de las Aleutianas son proclives a la infección crónica por parvovirus y, por lo tanto, desarrollan enfermedad aleutiana debido al síndrome de Chediak-Higashi.
La enfermedad granulomatosa crónica en algunos perros de raza Setter Irlandés se debe a un defecto ligado al cromosoma X (síndrome de granulocitopatía canina).
Algunas líneas de perros Weimaraner desarrollan septicemias bacterianas cuando son cachorros (que suelen manifestarse por infecciones óseas y articulares).
Se desconoce cuáles son las causas genéticas de estos defectos; algunos de los perros afectados presentan valores de IgM e IgG más bajos de lo normal, y sus leucocitos tienen un defecto en su capacidad bactericida.
El síndrome del neutrófilo atrapado es una enfermedad hereditaria canina en la que los neutrófilos producidos por la médula ósea no pueden acceder al torrente sanguíneo para llegar a los tejidos infectados.
Deficiencia de la adhesión leucocitaria en animales
La deficiencia de adhesión leucocitaria es una inmunodeficiencia primaria autosómica recesiva. Se ha descrito en los seres humanos, los Setter Irlandeses y los terneros Holstein. La deficiencia se debe a la ausencia de una glucoproteína adhesiva expresada en los leucocitos. Clínicamente, se caracteriza por infecciones bacterianas recidivantes, formación alterada del pus y heridas que tardan en sanar. Los animales infectados suelen desarrollar pirexia, anorexia y pérdida de peso. La respuesta al tratamiento antimicrobiano suele ser baja.
Puede haber una leucocitosis persistente extrema (>100 000 leucocitos/ml), constituida predominantemente por neutrófilos maduros. La deficiencia impide que los leucocitos sanguíneos se unan a las células endoteliales vasculares. Como resultado, no pueden migrar de los vasos sanguíneos hacia los tejidos, por lo que no pueden contribuir a la defensa local de los tejidos contra las infecciones.
Deficiencias del complemento en animales
Se ha descrito una deficiencia congénita del componente del complemento 3 (C3) en perros spaniel bretones. Estos perros desarrollaban infecciones bacterianas repetidas, especialmente trastornos cutáneos y neumonías. Aunque el complemento es necesario para la opsonización y la quimiotaxia de los neutrófilos, no siempre se desarrollan infecciones bacterianas en seres humanos o animales de laboratorio con deficiencias del complemento, ya que hay múltiples rutas para activar el sistema, incluso si una está bloqueada.
El diagnóstico se basa en un análisis de sangre que muestra niveles reducidos de C3. En el ser humano se ha identificado la deficiencia congénita del inhibidor de C1, defecto que se produce raramente en perros y cerdos. Esto puede dar lugar a una activación incontrolada del complemento y a la inflamación. Los animales afectados presentan episodios recidivantes de edema facial.
No hay un tratamiento específico para las deficiencias de complemento. Las infecciones se evitan mediante vacunación y antibióticos. Como ocurre con todas las enfermedades hereditarias, los programas de reproducción subsiguientes deben evaluarse cuidadosamente para prevenir la reaparición de la enfermedad en las generaciones futuras.
Deficiencias en la inmunidad adaptativa
Deficiencias de inmunoglobulinas en animales
Las deficiencias de inmunoglobulinas también pueden ser adquiridas o congénitas. Las deficiencias adquiridas se manifiestan en neonatos que no reciben los suficientes anticuerpos maternos (fallo en la transferencia pasiva), o en animales de edad avanzada, debido a medicamentos e infecciones que inhiben la síntesis de la inmunoglobulina.
El fallo en la transferencia pasiva ocurren en mamíferos que usan el calostro como fuente principal de anticuerpos maternos. Los animales recién nacidos que no reciben suficiente calostro suelen morir por infecciones bacterianas o víricas de los sistemas gastrointestinal y respiratorio. El fallo en la transferencia pasiva puede producirse cuando el animal recién nacido no mama adecuadamente durante los primeros días de vida, o cuando el calostro de la madre contiene bajas concentraciones de anticuerpos específicos. También pueden producirse defectos en la absorción de inmunoglobulinas a partir de la leche ingerida. Las concentraciones de inmunoglobulina <400 mg/dl en una muestra de suero después de mamar indican un fallo en la transferencia pasiva.
La hipogammaglobulinemia de importancia clínica puede asociarse con cualquier trastorno que interfiera con la síntesis de anticuerpos. Los tumores, como los mielomas o los linfosarcomas, que secretan grandes cantidades de anticuerpos monoclonales, pueden asociarse con deficiencias profundas de anticuerpos. Esto se debe a que las células tumorales compiten con las células productoras de inmunoglobulinas normales, y debido a que las rutas reguladoras inhiben la producción de inmunoglobulinas. Los animales con mielomas productores de anticuerpos monoclonales pueden presentar infecciones secundarias graves. Algunos virus, como el del moquillo canino y el parvovirus canino o felino, pueden causar lesiones tan graves en el sistema inmunitario que deriven en la destrucción de las células B y la interrupción de la producción de anticuerpos. Puede producirse entonces un crecimiento excesivo de hongos comensales como las Pneumocystis spp.
La hipogammaglobulinemia congénita se ha identificado tanto de forma aislada como en combinación con defectos en la inmunidad mediada por células (inmunodeficiencia combinada). Se han observado deficiencias en las subclases de IgG en algunas razas de ganado vacuno; la deficiencia de IgM se ha descrito en caballos; y las deficiencias de IgA se han descrito en perros de raza beagle, pastor alemán y shar pei.
El ganado vacuno que presenta deficiencias de subclases de IgG suele ser clínicamente normal. Los potros de más edad con deficiencias de IgM desarrollan infecciones respiratorias. Los perros con deficiencia de IgA, como sus homólogos humanos, son propensos a infecciones crónicas de la piel, infecciones respiratorias crónicas y posiblemente alergias. La deficiencia de IgA de los beagles parece deberse a un defecto en su secreción, porque los recuentos de linfocitos IgA positivos son normales. Algunos pastores alemanes presentan concentraciones inferiores de IgA que otras razas y una mayor prevalencia de infecciones gastrointestinales. La deficiencia de IgA en Shar Peis es muy variable; algunos presentan concentraciones en sangre y valores de secreción insignificantes, mientras que otros presentan concentraciones en sangre normales y valores de secreción bajos o insignificantes. Al igual que los pastores alemanes, los shar peis afectados pueden presentar enfermedades alérgicas. Es necesario el tratamiento a largo plazo con antimicrobianos de amplio espectro, pero suele ser poco satisfactorio.
La hipogammaglobulinemia transitoria es un trastorno que se ha observado con mayor frecuencia en potros y cachorros. Es posible que sea más habitual en cachorros de Spitz que en otras razas. Es el resultado de un retraso en la producción de inmunoglobulinas en el recién nacido. Los cachorros con esta afección desarrollan infecciones respiratorias recidivantes a la edad de 1 a 6 meses, pero suelen recuperarse antes de los 8 meses de edad. Los potros afectados suelen desarrollan signos clínicos de hipogammaglobulinemia (por lo general infecciones respiratorias) a ~6 meses de edad, cuando los anticuerpos maternos alcanzan un nivel muy bajo. Después de otros 3 a 5 meses, comienzan a producirse las inmunoglobulinas. El tratamiento antimicrobiano apropiado y la terapia de apoyo suelen ser suficientes.
Deficiencias en la inmunidad mediada por células en animales
Las deficiencias en las respuestas inmunitarias mediadas por células se asocian con aplasia tímica, que es la ausencia del timo o un timo de muy pequeño tamaño. Esto se ha observado en perros, gatos y ganado vacuno, así como en ratones. Esta afección en ratones de laboratorio se ha utilizado para crear cepas consanguíneas de ratones atímicos (comúnmente conocidos como ratones desnudos porque carecen de pelo), que se usan ampliamente en la investigación inmunológica.
Enfermedades por inmunodeficiencia combinada en animales
Si tanto la respuesta inmunitaria humoral como la mediada por células son deficientes, se clasifican como inmunodeficiencias combinadas (IDC). Son el resultado de defectos hereditarios en los primeros linfocitos progenitores. Se ha identificado un tipo autosómico recesivo de inmunodeficiencia combinada en potros de raza árabe, en corgis y en basset hounds. Es el resultado de un defecto en las enzimas de reparación del ADN e impide la producción de receptores antigénicos funcionales.
Los perros afectados son con frecuencia normales desde el punto de vista clínico durante los primeros meses de vida, pero a medida que los anticuerpos maternos disminuyen de manera progresiva, se vuelven más propensos a padecer infecciones microbianas. Los cachorros con inmunodeficiencia combinada son normales desde el punto de vista clínico hasta las 6 a 12 semanas de edad.
Los potros árabes que padecen inmunodeficiencia combinada suelen sucumbir a los ~2 meses de vida por neumonía causada por adenovirus u otras infecciones. Los potros presentan linfopenia persistente. No se detectan anticuerpos IgM en las muestras de suero precalostral. Las concentraciones de Ig son normales inicialmente, pero luego disminuyen progresivamente en comparación con los valores en potros sanos. En la necropsia, el timo puede ser difícil de identificar y su estructura es anómala. Los linfocitos disminuyen en los ganglios linfáticos, las placas de Peyer y el bazo.
Una prueba de PCR puede confirmar la inmunodeficiencia combinada en potros y la presencia del gen mutado en animales heterocigotos. Como resultado de estas pruebas, la prevalencia de inmunodeficiencia combinada equina ha disminuido significativamente.
Inmunodeficiencias selectivas en animales
Muchas enfermedades hereditarias de inmunodeficiencia aún no se analizaron completamente, por lo que las mutaciones que las causan siguen siendo desconocidas. Por ejemplo, los cachorros de Rottweiler tienen predisposición a padecer infecciones graves y frecuentemente mortales por parvovirus canino. Su resistencia a otras infecciones es básicamente normal, y se desconoce la razón de esta inmunodeficiencia selectiva.
Algunos gatos persas tienen predisposición a padecer infecciones por dermatofitos graves y, a veces, prolongadas. En algunos gatos persas, estas infecciones fúngicas invaden la dermis y causan una enfermedad granulomatosa (micetomas).
La aspergilosis focal y sistémica, así como las micosis debidas a hongos relacionados, afectan a ciertas razas de perros. Los pastores alemanes y las cruzas de pastores, son propensas a desarrollar aspergilosis focal en los conductos nasales. La aspergilosis sistémica se observa, casi exclusivamente, en los pastores alemanes. Se caracteriza por pielonefritis, osteomielitis y discoespondilitis fúngica. El microorganismo puede aislarse fácilmente en la sangre y la orina. Esto es, a menudo, una consecuencia de la deficiencia de IgA en esta raza.
Diagnóstico de las inmunodeficiencias primarias en animales
Las infecciones recurrentes y persistentes en animales jóvenes sugieren alguna forma de inmunodeficiencia. El recuento diferencial completo de leucocitos revelará si las células están presentes en un número apropiado. Las pruebas de turbidez son relativamente fáciles de realizar y se usan para diagnosticar el fracaso de la transferencia pasiva de inmunidad. También pueden proporcionar información diagnóstica útil. La cantidad de precipitado que se forma se puede medir fácilmente con un espectrofotómetro, el cual proporciona una lectura directa de la cantidad de inmunoglobulina presente. Las deficiencias específicas de Ig pueden detectarse mediante un inmunoensayo cuantitativo, como la inmunodifusión radial.
Las inmunodeficiencias primarias debido defectos genéticos, por lo general no son tratables, pero si se diagnostican se deben tomar medidas para garantizar que los animales parentales que portan rasgos defectuosos ya no se utilicen para la reproducción.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre enfermedades por inmunodeficiencias en perros y enfermedades por inmunodeficiencia en gatos.