Las secuelas de la falange distal en los caballos pueden ser secundarias a una herida punzante que alcance el nivel de la falange distal, o pueden ser el resultado de un absceso subsolar profundo, especialmente en un caballo con laminitis crónica. El signo clínico más frecuente es un absceso en el casco. En cualquier caballo que tenga abscesos recurrentes en una región particular del casco, un secuestro es un diagnóstico diferencial potencial.
En muchos casos, se puede identificar un secuestro en las radiografías (consulte la imagen de secuestro de falange distal). En los casos de sospecha de secuestro tras la punción, puede ser necesario esperar 2-3 semanas para identificar la lesión. El taponamiento de la parte inferior del pie (surcos de la rana) elimina las sombras gaseosas de la rana y puede facilitar la identificación del secuestro.
A menudo son necesarias múltiples proyecciones radiográficas, incluidas vistas oblicuas dorsoproximal-palmarodistal (plantar) Cuando los signos radiográficos son más sutiles, puede ser necesario un diagnóstico por imagen avanzado (TC o RM).
Las secuelas en los caballos se tratan mediante desbridamiento quirúrgico y extirpación a través de la superficie solar del casco. En raras ocasiones, cuando el secuestro no se localiza en el margen solar, también puede ser necesario un abordaje quirúrgico a través de la pared del casco. El casco debe vendarse o herrarse con una placa de tratamiento tras el desbridamiento quirúrgico para que el defecto solar pueda cicatrizar sin contaminarse. La administración de antimicrobianos, tanto sistémica como local, también está indicada después del desbridamiento quirúrgico.
El pronóstico es bueno si se puede controlar la infección y el secuestro óseo no involucra estructuras sinoviales.