La coriza infecciosa es una enfermedad respiratoria aguda de los pollos, caracterizada por disminución de la actividad, secreción nasal, estornudos e hinchazón facial. Se produce en todo el mundo. La enfermedad aparentemente solo afecta a los pollos; los informes en codornices y faisanes probablemente describen una enfermedad similar causada por una bacteria diferente.
En países como EE. UU., la coriza infecciosa se produce principalmente en pollitas, gallinas ponedoras y, ocasionalmente, en pollos de engorde. Es más frecuente en lotes comerciales en California y los estados del sudeste, aunque los lotes en el nordeste han experimentado brotes notables.
La coriza infecciosa está extendida en países de bajos recursos y se observa a menudo en pollos adultos. Sin embargo, se ha documentado en pollitos muy jóvenes (p. ej., de 3 semanas de edad).
Las prácticas de bioseguridad inadecuadas y los factores ambientales pueden contribuir a la prevalencia de la enfermedad.
La coriza infecciosa no es una enfermedad zoonótica.
Etiología de la coriza infecciosa
La bacteria causante de la coriza infecciosa es Avibacterium paragallinarum, un bacilo gramnegativo, pleomorfo, inmóvil, catalasa negativo y microaerófilo (ver microfotografía) que requiere dinucleótido de nicotinamida y adenina (factor V) para su cultivo.
Cortesía del Dr. E. Soriano-Vargas.
Cuando se cultiva en agar sangre con una colonia nodriza estafilocócica que excreta el factor V, las colonias satélite de A. paragallinarum aparecen como gotas de rocío, creciendo adyacentes a la colonia nodriza (ver imagen de cultivo). Sin embargo, en Sudáfrica y México se ha obtenido el factor V independiente de A. paragallinarum.
Cortesía del Dr. E. Soriano-Vargas.
El esquema de serotipado más utilizado es el de Page, que describe tres serovariedades (A, B y C) de A. paragallinarum, correlacionadas con la especificidad del inmunotipo.
Epidemiología y transmisión de coriza infecciosa
Las aves portadoras sanas o enfermas crónicas son el reservorio de la infección por A. paragallinarum. Son sensibles los pollos de todas las edades, pero la sensibilidad aumenta con la edad. El periodo de incubación es de 1-3 días, con una duración típica de la enfermedad de 2-3 semanas. La duración de la enfermedad puede ser mayor en presencia de enfermedades concomitantes como la micoplasmosis.
Los lotes infectados con coriza infecciosa son una amenaza constante para aquellos que permanecen sanos frente a esta enfermedad. La transmisión se produce por contacto directo o indirecto, gotitas transportadas por el aire y el agua de bebida contaminada. La transmisión no se produce a través de los huevos.
El manejo en lotes cerrados ha erradicado esencialmente la coriza infecciosa de muchas explotaciones avícolas comerciales en EE. UU. Estos programas mueven a todos los animales de la misma edad al mismo tiempo, lo que permite que las aves en los mismos recintos estén expuestas a cualquier patógeno al mismo tiempo. Las instalaciones se desinfectan antes de añadir un nuevo grupo de animales. Las explotaciones comerciales sin este flujo (p. ej., los lotes de ponedoras de varias edades) pueden continuar viendo brotes de la enfermedad.
Para rastrear brotes de coriza infecciosa se han empleado técnicas moleculares como la PCR cuantitativa de tiempo real (qPCR), el análisis de endonucleasa de restricción y la ribotipificación. Además, se están desarrollando nuevas herramientas de tipado para predecir el serotipo de la secuenciación genética objetivo.
Hallazgos clínicos en la coriza infecciosa
En la forma más leve de coriza infecciosa, los únicos signos pueden ser apatía, secreción nasal serosa y, a veces, hinchazón facial leve. Con una mayor gravedad, la hinchazón extrema de uno o ambos senos infraorbitarios con edema de los tejidos circundantes puede impedir que los ojos se abran completamente (ver imagen de hinchazón facial).
Cortesía del Dr. Mohamed El-Gazzar.
En las aves adultas, especialmente en los machos, el edema puede extenderse al espacio intermandibular y a las carúnculas. La hinchazón suele remitir en 10-14 días, sin embargo, si se desarrolla una infección secundaria, puede persistir durante meses. El grado de los estertores depende del grado de la infección. En Argentina, se ha descrito una forma de la enfermedad que implica bacteriemia, probablemente debida a infecciones concomitantes.
La producción de huevos puede retrasarse en pollitas jóvenes y reducirse considerablemente en ponedoras. Las aves afectadas pueden tener diarrea, y el consumo de agua y alimentos durante las fases agudas de la enfermedad suele disminuir.
Lesiones
En los casos agudos, pueden estar afectados solo los senos infraorbitarios y contener un exudado copioso, grisáceo y semilíquido, evidente en la inspección macroscópica y durante el examen histológico (ver imagen de sinusitis). Con la cronicidad, este exudado puede solidificarse.
Cortesía del Dr. Mohamed El-Gazzar.
Las características histopatológicas incluyen edema, hiperplasia y erosión de la mucosa respiratoria y epitelios glandulares, además de edema con infiltración de heterófilos, macrófagos y mastocitos. Otras posibles lesiones son conjuntivitis, traqueítis, bronquitis y aerosaculitis, especialmente si hay otros patógenos implicados.
Diagnóstico de coriza infecciosa
Cultivo bacteriano o ensayo de PCR
El aislamiento de un microorganismo gramnegativo, satelital y catalasa negativo, en pollos de un lote con antecedentes de una enfermedad de rápida difusión, es diagnóstico de coriza infecciosa. La prueba específica de la catalasa resulta esencial, ya que los microorganismos hemofílicos no patógenos, que son catalasa positivos, están presentes en pollos tanto sanos como enfermos.
Se ha descrito que la prueba de PCR en el seno infraorbitario en lotes vivos proporciona resultados más precisos que el cultivo bacteriano, incluso en países con menos recursos. Está disponible una versión en tiempo real de la PCR.
Además, la reproducción de los signos típicos de la coriza infecciosa, tras la inoculación en pollos sensibles del exudado nasal de pollos infectados, permite un diagnóstico fiable.
No existe una prueba serológica adecuada; existe una prueba de inhibición de la hemaglutinación, pero no es preferible ante otros métodos.
Los diagnósticos diferenciales importantes para la coriza infecciosa son los siguientes:
Metapneumovirus aviar (síndrome de la cabeza hinchada)
Aunque actualmente solo se ha observado en Sudáfrica y México, también se debe considerar la presencia del factor V independiente de A. paragallinarum. En caso de A. paragallinarum, la herramienta diagnóstica ideal es la prueba de PCR.
Control y tratamiento de la coriza infecciosa
Control: buenas prácticas de manejo y la vacunación
Tratamiento antimicrobiano inmediato con cuidados de apoyo
La prevención es el único método adecuado de control de la coriza infecciosa. La buena gestión de la explotación y de las prácticas de bioseguridad que aplican el sistema de lotes cerrados son importantes medidas de prevención de la enfermedad.
Los pollos de reposición deberían mantenerse en la misma explotación u obtenerse de lotes limpios. En el caso de que las pollitas de reposición tengan que alojarse en una granja con antecedentes de coriza infecciosa, existen bacterinas/vacunas disponibles que contribuyen a prevenir y controlar la enfermedad.
Hay bacterinas producidas comercialmente, autorizadas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para la coriza infecciosa, y también se producen dentro de los estados para su uso intraestatal. Las bacterinas/vacunas también se producen en muchos otros países. Como las serovariedades A, B y C no presentan protección cruzada, es esencial que las bacterinas contengan las serovariedades presentes en la población objetivo.
En granjas individuales, la vacunación se debe completar entre las 10 y las 20 semanas de edad. Las ponedoras exhiben una protección significativa tras recibir dos inyecciones administradas con, aproximadamente, 4 semanas de diferencia, antes de llegar a las 20 semanas de edad. Tras la administración de las bacterinas, si se detectan anticuerpos al realizar la prueba de inhibición de la hemaglutinación, estos no se correlacionan necesariamente con una inmunidad protectora. La exposición controlada a microorganismos vivos también se ha utilizado para producir inmunidad protectora en las ponedoras en áreas endémicas.
Dado que el tratamiento precoz es importante, se recomienda la administración inmediata de la medicación a través del agua de bebida hasta que esté disponible el alimento medicado.
En general, se utiliza la eritromicina y la oxitetraciclina para el tratamiento.
Varias sulfamidas, incluyendo la trimetoprima-sulfametoxazol, y otras combinaciones de fármacos han tenido éxito en el tratamiento.
Sin embargo, se ha documentado resistencia ante varias clases de antimicrobianos en cepas aisladas de A. paragallinarum (1, 2). Además, el uso de antimicrobianos en pollos está sujeto a la normativa nacional, que varía de un país a otro, y su uso debe ser revisado a la luz de las leyes pertinentes. Por ejemplo, el uso de fluoroquinolonas en animales de abasto está prohibido en EE. UU.
En brotes más graves de coriza infecciosa, aunque puede haber mejoría con el tratamiento, la enfermedad puede reaparecer cuando se suspende la medicación.
La medicación preventiva puede combinarse con un programa de vacunación si las pollitas jóvenes se crían o alojan en instalaciones infectadas.
Conceptos clave
La coriza infecciosa es una enfermedad de las vías respiratorias superiores causada por Avibacterium paragallinarum.
El diagnóstico se realiza mediante cultivo bacteriológico o PCR.
El tratamiento consiste en los antimicrobianos adecuados.
Las principales estrategias preventivas son el manejo mediante el sistema de lotes cerrados y las medidas de bioseguridad adecuadas, combinadas con una vacunación adecuada.
Para más información
Michigan State University Extension: Poultry Diseases: Infectious Coryza
PennState Extension: Avian Coryza
Referencias
Fauziah I, Asmara W, Wahyuni AETH. Antimicrobial sensitivity of Avibacterium paragallinarum isolates from layers in the special region of Yogyakarta, Indonesia. Vet World. 2021;14(5):1124-1127. doi:10.14202/vetworld.2021.1124-1127
Cao X, Huang X, Lin Y, et al. Prevalence and genomic-based antimicrobial resistance analysis of Avibacterium paragallinarum isolates in Guangdong Province, China. Poult Sci. 2024;103(6):103751. doi:10.1016/j.psj.2024.103751