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Enfermedades infecciosas comunes en avicultura de traspatio

PorYuko Sato, DVM, DACPV, Veterinary Diagnostic and Production Animal Medicine, College of Veterinary Medicine, Iowa State University
Revisado/Modificado Modificado nov 2024
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Al igual que en la producción de aves comerciales, las enfermedades infecciosas son problemas comunes y costosos en los averíos de traspatio. Aunque los mismos agentes infecciosos afectan a todas las aves, algunas enfermedades son más comunes o peligrosas en los traspatios, debido a los estilos de gestión predominantes. Además, hay ciertas consideraciones de manejo que son especialmente relevantes para las aves de traspatio, ya que la escala, las finanzas y los objetivos de la producción son muy diferentes a los de los lotes comerciales.

Parasitismo en aves de traspatio

Como en otras especies, los parásitos comunes en las aves de traspatio son ácaros, piojos, garrapatas, gusanos y protozoos.

Dos ácaros comunes de las aves de traspatio son el ácaro de las aves del norte (Ornithonyssus sylviarum) y el ácaro rojo (Dermanyssus gallinae; ver imagen de ácaro de las aves del norte y ácaro rojo). El ácaro de las aves del norte se encuentra con mayor frecuencia alrededor de la cloaca, la cola y el pecho (ver imágenes de ácaros y ácaros de las aves del norte en la zona de la cloaca). Estos ácaros se observan fácilmente como pequeñas motas de color marrón rojizo.

Los ácaros rojos se alimentan solo por la noche, lo que dificulta el diagnóstico (ver imágenes de ácaro rojo y ácaros rojos y de las aves del norte). Se encuentran en grietas y juntas cerca de las áreas de cama, y tienen el aspecto de polvo de pulgas o de depósitos parecidos a la sal y la pimienta. Los ácaros rojos causan pérdida de plumas, irritación y anemia.

Varios tipos de piojos viven en las aves de traspatio y se pueden observar piojos o liendres (paquetes de huevos de piojos) en la base de las plumas (ver imagen de liendres; ver también imagen de especies de piojos en aves). En infestaciones graves, el crecimiento y la producción de huevos pueden verse afectados. Existen insecticidas para el tratamiento.

Las garrapatas de las aves comprenden un grupo de garrapatas blandas que parasitan a muchas especies de aves domésticas y silvestres. Las garrapatas se pasan por alto fácilmente, ya que están relativamente poco tiempo sobre el ave. Las infestaciones graves pueden causar anemia o parálisis por garrapatas, y las garrapatas pueden ser vectores de Borrelia anserina (la bacteria que causa la espiroquetosis).

El tratamiento de elección es la pulverización de las instalaciones con insecticida. Después de limpiar las instalaciones, deben tratarse a fondo paredes, techos, grietas y rendijas con acaricidas, utilizando pulverizadores de alta presión. Las grietas y rendijas han de rellenarse después del tratamiento.

Los nematodos y cestodos son los parásitos internos más comunes de las aves de traspatio (ver imágenes en Helmintiasis en aves de producción) y suelen ser el resultado de la contaminación del suelo y un mal manejo. A menos que las infestaciones sean graves, la enfermedad clínica no suele ser evidente. Se debe realizar un examen fecal antes del tratamiento para evaluar los niveles de infestación (para establecer un punto de referencia y controlar la eficacia del tratamiento), ya que la mayoría de las aves domésticas presentarán algún grado de parasitismo interno.

El tratamiento de las infestaciones por parásitos internos en las aves se aborda en otra parte (consulte Helmintiasis en aves de producción).

El manejo adecuado de la yacija reducirá la cantidad de parásitos y la reinfección.

Como en la producción comercial de aves, el control de coccidios es uno de los problemas más comunes y costosos en la cría de aves de traspatio. Los coccidios se encuentran principalmente en el tracto intestinal de la mayoría de las aves de traspatio, pero también se encuentran en el riñón de los gansos.

La coccidiosis ocurre más frecuentemente en aves de 1-4 meses de edad. Las aves no son susceptibles a la infección hasta los 10-14 días de edad.

Los signos comprenden diarrea, que a menudo es sanguinolenta y con frecuencia conduce a una pérdida de producción, malestar general y la muerte.

Los coccidios prosperan en camas húmedas y muy sucias, y la enfermedad es, a menudo, el resultado de una densidad demasiado alta de aves. La prevención consiste en el suministro de coccidiostáticos en el alimento, que pueden administrarse a las aves ya en la dieta de inicio. Los brotes pueden tratarse con dosis de coccidiostáticos y el uso extraoficial de sulfamidas. Las sulfamidas tienen un periodo de supresión prolongado y no deben usarse en ponedoras.

Se recomiendan análisis coprológicos anuales de rutina para todos los averíos de traspatio.

La vacunación contra la coccidiosis está disponible para los polluelos de un día de vida, de venta por correo, de ciertos criaderos. La vacuna se debe administrar en la incubadora y se deben dar las condiciones de incubación adecuadas para conferir una inmunidad protectora. A los pollos vacunados contra la coccidiosis no se les debe ofrecer alimento medicado con coccidiostáticos, ya que puede restar efectividad a la vacuna.

Es importante consultar la ficha técnica del producto antes de usar cualquier insecticida o antiparasitario, para garantizar que el producto esté actualizado y etiquetado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), y aprobado para su uso en aves domésticas e instalaciones para aves. Los productos tópicos aprobados para su uso en perros y gatos, como el fipronil y la selamectina, están estrictamente prohibidos para su uso en todos los animales destinados al consumo, incluidas las aves de traspatio. Algunos buenos recursos incluyen VetPestX, base de datos de plaguicidas registrados para animales, y la página web del Banco de Datos de Evitación de Residuos en Animales de Alimentos (FARAD), fármacos indicados para ponedoras, que también incluye información sobre los antimicrobianos aprobados para su uso.

Enfermedad de Marek en aves de traspatio

Encefalomielitis aviar

La encefalomielitis aviar (EA) se observa en pollos, pavos, faisanes y codornices. Afecta principalmente a los polluelos de 1 a 3 semanas de edad (ver video de signos clínicos e imagen de lesión cerebral). Casi todos los averíos comerciales están infectados, pero la morbilidad es baja debido a los anticuerpos maternales.

La EA puede transmitirse verticalmente (de madre a cría durante la formación del huevo o la puesta) en los huevos puestos entre 5 y 13 días después de la infección, y es una infección entérica en condiciones naturales. La difusión es más rápida en las aves criadas en el suelo que en las criadas en jaulas.

No hay tratamiento para la EA y la vacunación de las reproductoras (tanto de gallinas como de pavos) es fundamental para la prevención porque garantiza la transferencia pasiva de anticuerpos maternos que protejan a las crías durante las primeras semanas de vida. Debido a que muchos criadores especializados, particularmente aquellos que venden aves a un proveedor intermediario, no vacunan, la EA es una enfermedad viral bastante común en las aves de traspatio. La vacuna debe administrarse después de las 8 semanas de edad, pero ≤4 semanas antes de la producción.

Virus de la influenza aviar

La gripe aviar (IA) es una enfermedad viral respiratoria muy contagiosa que afecta tanto a las aves domésticas como a las silvestres. Los virus de la gripe aviar se clasifican en dos patotipos: la gripe aviar de bajo poder patógeno (LPAI), que suele causar pocos o ningún signo clínico en las aves de traspatio, y la gripe aviar de alto poder patógeno (HPAI), que suele causar una alta mortalidad (ver imágenes de hemorragia subcutánea y necrosis isquémica). Las aves acuáticas y las aves costeras, como los patos y los gansos, son hospedadores naturales del virus de la IA, y estas aves pueden diseminar el virus, a menudo sin mostrar ningún signo de enfermedad.

Las aves de traspatio son igualmente sensibles a la infección por IA, si no tienen un mayor riesgo. Muchos averíos de traspatio se mantienen al aire libre, en libertad, con aves de distintas edades y múltiples procedencias, y con normas de bioseguridad menos estrictas que las de los averíos comerciales. Hay un mayor riesgo de contacto con aves acuáticas silvestres, lo que crea condiciones favorables para la propagación de la enfermedad dentro y entre grupos.

Muchos estudios muestran que los averíos de traspatio con más tipos de aves y con las peores condiciones sanitarias tienen una mayor incidencia de IA. Desde el comienzo del brote A/goose/Guangdong/1/1996 de H5N1 2.3.4.4b en 2022, >100 millones de aves fueron afectadas por la HPAI en EE. UU. De los 1177 lotes afectados, >50 % (668 lotes) fueron de traspatio (1).

Los signos clínicos de la IA varían enormemente entre las distintas especies de aves. Sin embargo, las aves suelen presentar una combinación de signos neurológicos, respiratorios o digestivos, que incluyen descoordinación o letargo; secreción oronasal; tos o estornudos; coloración púrpura o hinchazón de la cabeza, barba, cresta y patas; diarrea blanca verdosa; disminución o cese de la puesta de huevos; disminución en la ingesta de líquidos o muerte súbita.

Si un averío tiene altas tasas de mortalidad súbita (es decir, aproximadamente 50 % o más en un período <48 horas) o muchas aves con signos respiratorios, los propietarios deben contactar a un veterinario o al número de emergencia de salud animal del estado para realizar pruebas de infección por IA. También se puede contactar con una asociación avícola estatal, ya que muchas ofrecen pruebas anuales gratuitas o de bajo costo para la IA en aves de traspatio. Las aves en lotes que muestren un aumento repentino en las tasas de mortalidad no deben ser trasladadas fuera de las instalaciones hasta que se analice el averío.

No existe una vacuna aprobada en EE. UU. ni un tratamiento para la IA. Un buen manejo y prácticas de bioseguridad son la única forma de proteger contra la infección por IA en las aves de traspatio. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomienda a los propietarios de aves de traspatio que sigan seis consejos para proteger a sus lotes de la infección por HPAI:

  1. Mantener la distancia (restringir el acceso al lote).

  2. Mantener la limpieza (limpiar y desinfectar ropa, calzado, equipo y manos).

  3. No llevar la enfermedad a casa.

  4. No arriesgarse a contraer la enfermedad a través de un vecino.

  5. Conocer las señales de alerta.

  6. Informar sobre las aves enfermas.

Viruela aviar

El virus de la viruela aviar causa lesiones nodulares y costrosas, principalmente en las partes sin plumas del ave (ver imágenes de lesiones en forma de costra en un pollo reproductor de engorde macho, un pavo y una gallina ponedora). A veces, el poxvirus puede causar lesiones en boca y tráquea, causando la muerte por asfixia (forma húmeda). Si el ave se recupera, la inmunidad suele ser de por vida.

No todos los brotes de viruela están causados por el virus de la viruela aviar, sino que pueden ser debidos a cepas relacionadas, como la viruela del pavo o la viruela de la codorniz (consulte Infecciones por poxvirus en aves distintas de pollos y pavos). Las cepas suelen ser específicas de especie (p. ej., la viruela de las palomas), pero en ocasiones pueden afectar a otras especies. Una cepa puede no tener protección cruzada con otra.

Hay vacunas disponibles y deben administrarse a los averíos de las instalaciones con antecedentes de viruela o con presenciua de viruela en aves cercanas (ver Vacunación de aves de traspatio). El poxvirus se transmite a través del contacto con las lesiones infectadas con heridas abiertas y por picaduras de insectos (mosquitos). Por tanto, el control de los insectos es clave para prevenir la diseminación de la enfermedad.

Bronquitis infecciosa

El virus de la bronquitis infecciosa (IBV) causa una enfermedad respiratoria de rápida difusión en polluelos jóvenes (ver imágenes de aerosaculitis y moco traqueal). La producción se reduce y se observan anomalías en la cáscara de los huevos de las gallinas ponedoras (ver imagen de cáscara de huevo arrugada). Ciertas cepas también causan enfermedad renal.

Las pollitas infectadas al principio de su vida pueden tener daños permanentes en el oviducto, por lo que no producen huevos o se vuelven falsas ponedoras. El IBV es altamente transmisible, pero la mayoría de las aves se recuperan con un tratamiento de apoyo. Se pueden administrar antibióticos en el agua para evitar las infecciones secundarias.

Hay vacunas disponibles; sin embargo, las gallinas de traspatio no suelen vacunarse, a menos que entren en contacto con otras gallinas.

Enfermedad de Marek

La enfermedad de Marek (EM) es una enfermedad viral común de los pollos, tanto de producción comercial como de averíos de traspatio. Las lesiones primarias son tumores en vísceras, músculos, piel y nervios periféricos (ver imágenes de afección cutánea y agrandamiento de nervios periféricos).

  • Las lesiones nerviosas pueden ser un indicador precoz de la enfermedad y dar lugar a una afección denominada "parálisis flácida" (ver imagen de paresia en patas).

  • Las aves con tumores viscerales a menudo tienen caquexia como único signo clínico.

  • Los tumores de los músculos y la piel son a menudo palpables.

  • Los tumores que afectan a los ojos (Marek ocular) pueden observarse como un cambio de color grisáceo en el iris o márgenes irregulares de las pupilas (ver imagen de márgenes irregulares de las pupilas), con reflejo fotomotor inadecuado.

La enfermedad no puede tratarse, pero puede prevenirse mediante la vacunación al eclosionar. Cuando las aves de traspatio se adquieren o se incuban en el sitio, debe hacerse todo lo posible para vacunar contra la EM. Las vacunas pueden no ser eficaces si se administran a aves >1-2 semanas de edad. La EM clínica suele afectar a aves de 4-14 semanas de edad, sin embargo, no es infrecuente en aves más mayores, siendo las pérdidas por muerte a menudo más esporádicas que explosivas.

Si se encuentran tumores en las vísceras de aves fallecidas, los cadáveres deben enviarse a un laboratorio de diagnóstico para el diagnóstico diferencial entre EM y leucosis aviar, otra enfermedad tumoral linfoide común. Aunque los tumores son similares a los encontrados en la EM, la leucosis aviar se observa en aves un poco más mayores, >14 semanas de edad. La leucosis aviar no tiene tratamiento ni vacuna.

Enfermedad de Newcastle

El virus de la enfermedad de Newcastle (NDV) afecta a numerosas especies de aves y es la razón de las regulaciones de cuarentena para las aves que entran en EE. UU. La enfermedad de Newcastle tiene una alta mortalidad y no está presente en EE. UU. en este momento. Los brotes anteriores han provocado el sacrificio de miles de aves.

Las formas más leves de la enfermedad de Newcastle están presentes en EE. UU. y se caracterizan, principalmente, por una enfermedad respiratoria y una disminución en la producción de huevos. La mortalidad es variable y depende de la cepa del virus. Al igual que con el virus de la bronquitis infecciosa, hay vacunas disponibles, pero se suelen administrar a las aves de traspatio solo si tienen contacto con otras aves.

Colibacilosis en aves de traspatio

Colibacilosis

La colibacilosis está causada por Escherichia coli y suele ser secundaria a otras infecciones como la bronquitis infecciosa y la micoplasmosis. La infección por E. coli se observa en la mayoría de las especies y grupos de edad. Se observa una amplia variedad de signos clínicos que afectan a los aparatos respiratorio, reproductor y digestivo.

El cumplimiento riguroso de los programas sanitarios y de bioseguridad puede prevenir eficazmente que E. coli cause la enfermedad en aves de traspatio. Para el tratamiento se pueden utilizar muchos antimicrobianos (p. ej., tetraciclinas y macrólidos), sin embargo, la aparición de resistencia ante antimicrobianos y las restricciones de su uso en las aves de producción de alimentos han limitado las opciones. Se debe hacer un antibiograma y seguir las normativas sobre las restricciones para el uso de antimicrobianos en animales productores de alimentos. El tratamiento suele tener éxito si la enfermedad se encuentra en las primeras etapas.

Micoplasmosis (enfermedad respiratoria crónica)

La enfermedad respiratoria crónica en aves de traspatio (principalmente pollos y pavos), o micoplasmosis, suele estar causada por Mycoplasma gallisepticum. La micoplasmosis es una enfermedad de declaración obligatoria en pavos, en determinados estados de EE. UU. El poder patógeno de M. gallisepticum se potencia por la infección con otros microorganismos.

Los signos clínicos de enfermedad respiratoria se desarrollan lentamente en el averío, y el consumo de alimento disminuye. La infección de los senos nasales con exudado purulento (cara hinchada) es frecuente en los pavos (ver imagen de M. gallisepticum en un pavo). Para el diagnóstico se puede utilizar la serología y el aislamiento e identificación del organismo.

La prevención, al igual que en el caso de la salmonelosis (que se trata a continuación), se basa en el establecimiento de un averío sano mediante la eliminación de los animales infectados, la desinfección completa de las instalaciones y la obtención de aves no infectadas. La vacunación está disponible en función de cada estado. El tratamiento es caro y la enfermedad recidiva a menudo después de suspender el tratamiento.

Otros micoplasmas importantes en aves de traspatio incluyen Mycoplasma synoviae (consulte Infección por Mycoplasma synoviae) y Mycoplasma meleagridis (infección venérea y aerosaculitis; consulte infección por Mycoplasma meleagridis).

Salmonelosis

En general, los serotipos Pullorum (consulte Pullorosis en aves de producción) y Gallinarum (consulte Tifosis aviar) de Salmonella enterica causan los mayores problemas para las aves de traspatio Los serotipos Typhimurium, Enteritidis, Heidelberg y Kentucky de S. enterica son importantes en términos de salud pública.

S. Pullorum se transmite a través de los huevos, causa una enfermedad diarreica en polluelos y pavipollos, y produce una elevada mortalidad. Las aves adultas son portadoras asintomáticas. El diagnóstico se basa en los antecedentes de la enfermedad y en el aislamiento de la bacteria. La prevención se logra comprando aves de un grupo de reproductores certificados por el National Poultry Improvement Plan como libres de S. Pullorum y tifosis aviar. No se recomienda el tratamiento para la infección por S Pullorum, ya que puede hacer que las aves se conviertan en portadoras.

La tifosis aviar se observa en pollos, pavos y muchas otras aves de caza y silvestres. La enfermedad es similar en su presentación y diagnóstico a S. Pullorum, aunque las aves adultas pueden mostrar signos clínicos de tifosis aviar específicos.

Los signos clínicos se observan con poca frecuencia en aves de producción infectadas con S. Enteritidis y S. Typhimurium, aunque la mayoría de las infecciones por Salmonella paratifoidea son asintomáticas en las aves domésticas. Los averíos pueden controlarse obteniendo muestras de huevos y muestras ambientales para cultivar el microorganismo.

Enfermedades fúngicas en aves de traspatio

Aspergilosis

La aspergilosis, o neumonía de la incubadora, se observa en muchas aves de producción y otras especies de aves (ver imágenes de lesiones macroscópicas por neumonía fúngica granulomatosa, aerosaculitis fúngica granulomatosa y nódulos y placas fúngicas). Las aves de <3 semanas de edad son las más comúnmente afectadas, y la infección se transmite desde incubadoras o criaderos contaminados por esporas fúngicas. La morbilidad es variable, y la mortalidad puede ser elevada en las aves sintomáticas.

Para el diagnóstico se utiliza el cultivo del hongo o la visualización de hifas fúngicas típicas en preparaciones frescas de las lesiones. La prevención se logra limpiando a fondo las incubadoras, bebederos, comederos y ventiladores, y manteniendo la cama limpia y seca. El tratamiento es costoso y puede no ser eficaz. Se han utilizado fármacos antifúngicos como itraconazol, anfotericina y terbinafina, con poco éxito.

Favo (cresta blanca)

El favo, favus o tiña (también conocido como "cresta blanca") es una enfermedad fúngica causada por Microsporum gallinae, que es de poca importancia en todas las aves domésticas, especialmente en pollos y pavos. En casos poco frecuentes, Microsporum gypseum y Trichophyton gallinae han sido aislados como agentes causantes.

Las aves afectadas presentan pequeños depósitos blancos y calcáreos (ver imagen de infección por favo) en la cresta, que pueden agrandarse y unirse para formar una capa blanca opaca y mohosa, que puede tener varios milímetros de grosor.

La enfermedad es autolimitante y la cresta se cura al cabo de varios meses. Si la enfermedad se limita a la cresta, la salud del ave no suele verse afectada, pero si están afectadas porciones con plumas, puede existir emanciación y el ave puede morir.

El favus es un problema de salud pública. Microsporum gallinae es una causa poco habitual de dermatofitosis en humanos.

Uso de antimicrobianos en aves de traspatio

Los antimicrobianos son fáciles de conseguir en tiendas de alimentos y en sitios en línea de suministros avícolas, sin embargo, se debe considerar cuidadosamente su uso.

La medicación es uno de los aspectos más difíciles del tratamiento de las aves de traspatio, ya que los pacientes suelen ser tanto animales de compañía como de consumo. Sin embargo, en EE. UU., la FDA considera que todos los pollos y aves de producción son animales de consumo, independientemente del apego del propietario al ave de compañía. Por lo tanto, deben seguirse todas las reglamentaciones relativas al tratamiento de los animales destinados al consumo cuando se trate a las aves de traspatio.

Desde 2017, los productores de ganado y aves en EE. UU. deben contar con una directiva veterinaria sobre alimentación animal (VFD, autorización por escrito de un veterinario) para comprar o utilizar antimicrobianos de importancia médica en la alimentación animal, y todos los medicamentos para el agua requieren ahora una prescripción.

Incluso si se tiene que tratar un ave 4-H, el veterinario necesitará un VFD para dispensar un producto VFD. Por lo tanto, se sugieren medicamentos inyectables, orales o hidrosolubles si se trata de grupos pequeños. Consulte la FARAD para obtener medicamentos aprobados por la FDA para su uso en gallinas ponedoras, y contacte con un especialista local en salud avícola para tratar problemas específicos.

Cada antibiótico está indicado para diferentes especies y su uso en aves de producción, y la administración de la dosis correcta puede ser difícil. En algunos casos, los antibióticos son útiles para tratar y controlar la enfermedad. Ciertos antibióticos, como el cloranfenicol, los glucopéptidos y las fluoroquinolonas, están prohibidos para su uso extraoficial en animales destinados al consumo, incluidas las aves de traspatio.

Se puede recomendar el uso prudente de antibióticos después de las pruebas diagnósticas adecuadas. Sin embargo, la vacunación, la buena bioseguridad, el buen manejo, las prácticas sanitarias adecuadas y un buen plan de nutrición son claves para el control de la enfermedad y son mucho más eficaces que el uso de antibióticos.

Conceptos clave

  • Algunas enfermedades, como la enfermedad de Marek y la encefalomielitis aviar, se pueden prevenir mediante la vacunación. Otras, dependiendo de la causa, se tratan con antimicrobianos.

  • Cada antimicrobiano está indicado para distintos usos y especies en las aves de producción, y el uso de algunos fármacos está prohibido en los animales productores de alimentos, incluidas las aves de traspatio. Se debe consultar la ficha técnica antes de administrar cualquier medicación a aves de traspatio.

  • Sin embargo, la buena bioseguridad, el buen manejo, las prácticas sanitarias adecuadas y un buen plan de nutrición son claves para el control de la enfermedad.

Para más información

Referencias

  1. USDA Animal and Plant Health Inspection Service. Detections of Highly Pathogenic Avian Influenza. Updated August 14, 2024. Accessed September 19, 2024.